El nacimiento del club se remonta a un casamiento en el que tanto Diego como Luca trabajaban. “había muy poca probabilidad de que cobremos, estábamos debajo de un toldito y dijimos, que es lo que podemos hacer. Si no podemos ofrecer tragos, podemos ofrecer experiencias. Entonces, agarramos y dijimos, bueno, ¿qué es lo que a nosotros más nos gusta? nos gusta mucho el Negroni, que es un cóctel de mucha historia y de ahí nace el nombre del club del Negroni”, contó Diego Gaona.
Así nació Mezclar, la filosofía detrás del Club Negroni: la convicción de que la coctelería puede ser un puente entre generaciones, marcas, bartenders y consumidores.
El Club Negroni no busca únicamente que la gente pruebe un buen cóctel, más bien que viva un momento diferente. “Cualquiera puede prepararse un trago en casa, pero no cualquiera puede construir una experiencia alrededor de ese trago”, explicó Gaona.
La propuesta del club es abierta: amigos, colegas, marcas y entusiastas pueden sumarse a través de la página web http://mezclar.pro/clubnegroni, que incluye además un catálogo de libros y una biblioteca gastronómica digital. El plan es realizar eventos mensuales con workshops, donde los participantes puedan aprender a preparar tragos y explorar la familia de cócteles que giran en torno al vermut, la soda y el Campari.
“Queremos cambiar la forma de consumo de la gente a través del conocimiento y la experiencia”, enfatizó Gaona.
Diego ingresó al mundo de la coctelería en 2012, en un contexto muy distinto al actual. “En esa época, el bartender era casi una figura decorativa en la gastronomía. Muchas veces era un mozo o un ayudante de cocina que hacía tragos. Hoy en día, los bares invierten en bartenders profesionales, porque entienden que transmiten una imagen y una propuesta única”, dijo.
El crecimiento del rubro se refleja en la demanda de formación. Gaona insistió en que ser bartender no debe verse como un trabajo transitorio, sino como una carrera con futuro: “Siempre les digo a los chicos que no es solo un oficio, es una ventana. Nunca sabés quién puede cruzar la puerta, un gerente de hotel, el dueño de un crucero… Hay que estar preparados”, dijo.
Su propia historia lo demuestra. Viajó a más de 15 países con una coctelera en la mano, pese a que su formación original fue en mecánica industrial. Luca, su socio, es informático de profesión. Ambos encontraron la coctelería como una plataforma de crecimiento personal y profesional.
El Club Negroni ya cerró un acuerdo con el Club Condesa, donde planean realizar entre cuatro y cinco eventos, además de fiestas semanales. También están en conversaciones con bares de Asunción y proyectan expandirse en 2026 a ciudades como Ciudad del Este y Encarnación.
La alianza con marcas es otro paso clave. “Depende mucho de los acuerdos que tienen los bares y restaurantes con determinadas marcas, pero estamos abriendo espacios para que todos puedan sumarse a este movimiento”, mencionó Gaona.
En cuanto al crecimiento del sector, Gaona aseguró que, “hoy chicos de 19 o 20 años ya piden un Negroni, un Old Fashioned o un Boulevardier. Antes lo común era la cerveza o el Fernet, pero ahora vemos un paladar más entrenado, con jóvenes que saben identificar notas como vainilla o hierbas en una bebida”.
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