El actual nivel de hiperconexión, y el estrés que esto supone, generó una alternativa, una tendencia que en ciertos países del mundo gana popularidad, denominada digital detox retreats o retiros de desconexión digital en español, con lo cual los alojamientos ofrecen el servicio de guardar los dispositivos móviles durante la estadía de los huéspedes. Algunos se preguntan incluso si la desconexión es un lujo en los tiempos modernos.
De acuerdo con Hilton Trends Report, el 24% de los viajeros globales admite que desconectan de las redes sociales durante las vacaciones con más frecuencia que antes y el 20% de los viajeros globales no presta atención a las noticias durante sus vacaciones.
Si bien se trata de una práctica emergente, y quizás ahora con un nombre propio, puesto que lo que siempre se ha buscado en las vacaciones es desconectarse -usualmente-, en el país también hay alojamientos que proponen desconectase, mediante la privacidad y la naturaleza.
“Las regiones más elegidas por quienes buscan tranquilidad y conexión con la naturaleza son Cordillera, Alto Paraná, Misiones, Encarnación y Carmen del Paraná, especialmente en época de verano”, cuenta Vanessa Valverde, presidenta de la Red de Posadas Turísticas del Paraguay (Reptupy). “Estos destinos ofrecen no solo paisajes únicos, sino una experiencia profundamente cultural”.
En las posadas turísticas, los visitantes encuentran lo que muchos buscan: lo esencial. “El mayor atractivo es conocer la cultura paraguaya. Hay comidas caseras, desayunos hogareños, cocido al tatakua, descanso bajo los árboles en hamacas, casas antiguas que evocan épocas pasadas”, indica Valverde. Es un viaje al interior del país y también al interior de uno mismo.
Para quienes viven en Asunción y desean una escapada de fin de semana, las posadas cercanas ofrecen desconexión sin ir muy lejos. Hay muchas opciones sin tecnología, ideales para un detox digital en plena naturaleza.
Durante la pandemia, este tipo de experiencias cobró impulso. “La demanda aumentó y, aunque luego se estabilizó, lo positivo fue que los paraguayos empezaron a mirar hacia adentro, a conocer su propio país”, comenta Valverde. Agencias como Nuestra Señora de la Asunción (NSA) empezaron a ofrecer tours internos y surgió una nueva valoración de lugares como las cavernas de Vallemí, que hoy cuentan con infraestructura extrahotelera para visitantes.
Al norte hay un refugio
En Pedro Juan Caballero, Rancho El Refugio es otro ejemplo de cómo la necesidad de desconexión puede convertirse en un emprendimiento con alma. Nació en plena pandemia, como una quinta familiar para escapar del estrés. “El lugar está rodeado de árboles nativos, hogar de muchas aves. De ahí viene el nombre: es un refugio natural que transmite paz”, relató Vania Quevedo, copropietaria del espacio.
Con el tiempo, Rancho El Refugio fue abriéndose al público, ofreciendo cabañas acogedoras, piscinas, fogatas invernales y quinchos gourmet. “Queremos que quienes nos visitan vuelvan con buenos recuerdos, ya sea en pareja, en familia o con amigos”, agrega.
¿La diferencia? “Estamos dentro del radio urbano de PJC, pero al entrar al predio te sentís fuera de la ciudad. Es seguro, privado y está rodeado de naturaleza. Un equilibrio entre desconexión y comodidad”.
Volver a lo simple, a lo nuestro. “Animate a dar una vuelta por tu país. Conectate con la cultura paraguaya y descubrí tus raíces. Date una vuelta por una posada, por tu país”, alienta Valverde.
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