Kambuchi Apo es una asociación de mujeres alfareras nativas de Caaguazú, Itá. Celeste Escobar, secretaria de la agremiación, recordó que este colectivo o asociación de mujeres alfareras se fundó en el 2002, y que la meta inicial con el objetivo de mejorar las condiciones de trabajo y la infraestructura del rubro cerámico.
“Además, tenemos el taller-escuela Nativas de Caaguazú, Itá, con un horno más eficiente que fue donado por la diputación de Málaga, España”, agregó. El colectivo consiguió recursos del Ministerio de la Mujer, el Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) y la municipalidad de Itá para inaugurar su galería permanente y exhibición de ventas.
Asimismo, cuentan con cocinas comunitarias provistas de baños. El espacio no solo sirve a la comunidad alfarera, y se utiliza además para ofrecer alimentos, comidas típicas a grupos de turistas o estudiantes que vienen a hacer el taller de la técnica de cerámica.
“Kambuchi Apo es un nombre conocido en redes sociales, con su propio logo desde 2014, más de 12 años después de que se conformó la asociación. Poseer un nombre más corto y más fácil de recordar, surgió de la especialidad de las mujeres: hacer kambuchi o cántaros”, contó.
A partir de entonces la marca fue evolucionando y es en el 2018 cuando toma más visibilidad y alcance en las redes sociales, cuando empezaron a mencionar la marca con más frecuencia.
Tuvieron intercambios internacionales con México, Perú, Uruguay, “que hizo que nos conozcan más como Kambuchi Apo; y en el mercado nacional y local también empezamos a ser reconocidos, sobre todo por la visibilidad que nos brindaron las redes sociales”.
Expectativas
Escobar relató que para la Semana Santa se preparan dos meses antes, desde febrero, sobre todo para productos que son innovaciones. “Siempre nos hemos enfocado en lo que es tembipuru, utensilios de ñai’û o arcilla negra, que se usan para contener líquidos y cocer alimentos a fuego directo. Tenemos esta línea de innovación sin perder el origen del oficio ancestral del ñai’ûpo”, expuso.
Añadió que desde el 2002 tienen chimeneas brasero, pero a través del tiempo, y considerando los nuevos usos, se realizan nuevos diseños de los braseros y el tatakua portátil de ñai’û. “Hemos diseñado más de 10 formas, diseños, usos y estilos, que fuimos adaptando a través del uso que la gente le fue dando a estos productos”, puntualizó.
Reconoció que la colectividad de alfareras aún mantiene la técnica ancestral, que es totalmente hecha a mano y que hoy, gracias a la resolución de la Secretaría Nacional de Cultura, fue declarada Patrimonio Nacional del Paraguay.
A nivel mercado, evaluó que después de las fiestas de fin de año, enero y febrero son meses críticos para el rubro cerámico en cuanto a negocios. En esa temporada las ventas bajan y vuelven a subir, generalmente, en esta época.
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