El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, señaló a InfoNegocios que este paso “representa un escalón más en la incorporación de Paraguay a los estándares mundiales de sostenibilidad”. Según explicó, 129 empresas locales ya obtuvieron la certificación, en el marco del programa Al-Invest Verde, impulsado con apoyo de la Unión Europea. “Lo que empezó como un piloto superó nuestras expectativas; esperábamos menos participantes y hoy la cifra confirma el gran interés del empresariado paraguayo en producir de manera responsable”, destacó.
La iniciativa se enmarca en el programa Al-Invest Verde, cofinanciado por la Unión Europea y ejecutado en nuestro país por la UIP. Su objetivo es apoyar la transición hacia economías bajas en carbono y con mayor eficiencia de recursos, preparando a los países de la región para competir en mercados que ya exigen trazabilidad y responsabilidad ambiental como condición de acceso.
Para la industria nacional, contar con el Sello Verde es mucho más que una medalla. Significa abrir puertas en mercados exigentes, como la Unión Europea, donde cada vez es más difícil exportar sin certificaciones ambientales. “El consumidor internacional ya no solo prefiere, sino que exige productos sostenibles. Tener este sello será clave para que los bienes paraguayos compitan en mejores condiciones”, subrayó Duarte.
El embajador de la República Federal de Alemania en Paraguay, Gordon Kricke, resaltó la importancia del paso dado por el país: “Este sello muestra la voluntad de Paraguay de alinearse con las reglas internacionales de sostenibilidad. En Alemania sabemos lo vital que es proteger el medioambiente y luchar contra el cambio climático, y es muy positivo ver que aquí cada vez más se valora esa agenda”.
Alemania es, precisamente, uno de los principales socios europeos con interés creciente en Paraguay. La Cámara de Comercio Paraguayo-Alemana, que este año celebra su 70° aniversario, es la mayor de la Unión Europea en el país, con más de 250 empresas asociadas. Su presidente, Hans Karl Janz, explicó a nuestro diario que el Sello Verde puede convertirse en “un primer paso para que las empresas paraguayas entiendan y se adapten a los requerimientos de trazabilidad, huella de carbono y certificaciones que exige Europa para abrir sus mercados”.
Casos locales y próximos pasos
El compromiso con la sostenibilidad no es solo discursivo. Empresas paraguayas ya implementan prácticas innovadoras, como el aprovechamiento de energía solar, la eficiencia en sistemas de frío o el reciclaje de cartones y plásticos en la cadena productiva. Un ejemplo citado por Duarte es el de Casa Rica, que combina generación fotovoltaica con la optimización de energía en sus procesos de refrigeración.
El Sello Verde no será la única certificación en camino. La UIP también trabaja en el desarrollo del Sello Hídrico, enfocado en el uso y disposición responsable del agua, uno de los recursos más valiosos del país. Según adelantó Duarte, la idea es integrar ambas distinciones dentro de una misma plataforma de reconocimiento sostenible.
El lanzamiento del Sello Verde coincidió con el Primer Foro de Sostenibilidad y Economía Circular, realizado durante FEPY 2025, donde se debatió sobre economía circular, gestión de huella de carbono, eficiencia energética y uso responsable del agua. La jornada reunió a expertos internacionales, autoridades y empresarios, consolidando a Paraguay como un actor dinámico en la transición hacia modelos productivos más responsables.
“Hoy Paraguay ya es ejemplo en Sudamérica en materia de circularidad y sostenibilidad”, afirmó Duarte. El reto, admitió, es seguir generando condiciones de financiamiento que permitan a las empresas —sobre todo a las pequeñas y medianas— implementar mejoras continuas.
En un mundo donde la sostenibilidad es sinónimo de competitividad, Paraguay apuesta a dejar huella con el Sello Verde. Un sello que, más que un reconocimiento, es un pasaporte hacia los mercados del futuro.
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