La empresa arrancó con la importación de productos de Duropisos (Argentina), pero rápidamente entendieron que el diferencial no era solo vender materiales, sino ofrecer un servicio integral de aplicación profesional. Para eso, formaron mano de obra local y trajeron expertos desde Argentina, asegurando calidad y confianza en cada proyecto.
"Nos dimos cuenta de que el mercado no solo necesitaba el producto, sino también el servicio. Hoy trabajamos con ingenieros, arquitectos, constructores y particulares", señaló De Larramendi.
Al inicio, los clientes probaban el microcemento en zonas poco visibles, con cautela. Pero el producto fue ganando terreno por sus ventajas prácticas: se aplica rápido, no requiere juntas y permite transitar casi de inmediato tras su colocación.
Además, la composición a base de cuarzo distingue a Microcemento Paraguay de la competencia nacional e internacional. “Nuestro producto es de alto tránsito, más resistente y duradero que otros elaborados con marmolina o polímeros”, afirmó.
El microcemento no solo se aplica en pisos y paredes: también se utiliza en baños, cocinas y mobiliarios. La empresa incluso ofrece texturados pigmentados que no se decoloran con el sol, ampliando su catálogo con soluciones modernas y duraderas.
Uno de los grandes desafíos iniciales fue ganarse la confianza de los profesionales del sector, que veían al microcemento como una novedad con demasiadas incógnitas. Sin embargo, con el tiempo, y gracias a los resultados visibles en obras pequeñas y grandes, el producto fue posicionándose como una solución confiable. Hoy en día, arquitectos y constructores lo eligen no solo por su apariencia moderna, sino también por su resistencia al alto tránsito y su facilidad de mantenimiento.
Además de su uso en viviendas particulares, Microcemento Paraguay viene ganando terreno en proyectos comerciales y de gran escala, como locales gastronómicos, showrooms y oficinas. La versatilidad del material permite lograr acabados personalizados sin recurrir a obras complicadas ni tiempos extensos de instalación. Esta practicidad, sumada al respaldo técnico y estético que ofrece la empresa, ha sido clave para conquistar a un público cada vez más exigente.
De cara al futuro, De Larramendi se muestra optimista: “Vemos un crecimiento constante y queremos seguir incorporando productos de calidad que aporten soluciones reales al rubro de la construcción”.
El mensaje final es claro: que se animen. “Los invitamos a conocer nuestros trabajos y a consultar con nosotros. Estamos para asesorar y mostrar que el microcemento es una apuesta segura en estética, calidad y durabilidad”, concluyó.
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