Es muy importante conocer todo sobre el cuidado del órgano motor de nuestro cuerpo, el corazón. Roberto Pérez Rey, profesional en prevención cardiovascular y medicina integral, ofreció algunas recomendaciones a tener en cuenta.
“Habitualmente el calor ocasiona pérdida de líquido corporal; esto lleva a una disminución de la presión arterial y aumento de la frecuencia cardíaca. Por lo que la persona puede sentir inicialmente mareos, taquicardia o palpitaciones, dolor de cabeza, confusión o algún grado de desorientación”, comentó Pérez, sobre algunos efectos del calor, especialmente por la exposición directa y prolongada al sol.
No exponerse al sol en horarios de más calor
Según el especialista, los horarios más peligrosos en cuanto a la exposición al sol son entre las 10:00 y las 16:00, por lo cual deben tomarse los recaudos si una persona sale del hogar para realizar alguna actividad.
“Las personas que toman medicamentos para bajar la presión o para la insuficiencia cardíaca, son propensas a sufrir mucho en épocas de calor intenso, por lo que es útil realizar los controles domiciliarios de presión arterial, anotarlos, registrarlos y si observa que su presión esta baja (menor o igual de 100/60mm Hg) debería hidratarse más”, recomendó.
Para la toma de presión se puede realizar una sencilla prueba, que consiste en hacerse el procedimiento estando sentado y repetirlo 5 minutos después estando parado. “Si la presión permanece igual o disminuye, indica que hay una hipotensión por deshidratación, por lo que debe hidratarse bien y consultar con su médico lo antes posible”, señaló.
Cantidad necesaria de agua
“Lo primero que debemos saber es el requerimiento de agua de cada persona, ya que esta varía de acuerdo a la edad, sexo y condiciones fisiológicas y patológicas de cada una. Por ejemplo, una persona de 70 kilos necesita diariamente consumir aproximadamente 10 vasos de 250 ml, es decir 2,5 litros”, agregó. La cantidad de líquido vital a ingerir aumenta cuando una persona realiza alguna actividad física o deporte.
“En los adultos mayores se necesita más agua para eliminar la misma cantidad de desechos orgánicos, y además, estos generalmente tienen alterada la sensación de sed, por lo que en ellos no podemos guiarnos por esa sensación. Por eso el riesgo de deshidratación en estas personas es muy frecuente, y mucho más en los días de calor intenso”.
Algo práctico para todos los casos, son los dispenser en el hogar, botellas personales o termos personales. Para las personas que practican deportes o actividad física frecuente es aconsejable contar con algunas bebidas ricas en sales minerales para hidratarse después de dicha actividad.
Atención con los yuyos refrescantes
El cardiólogo explicó, además, que se debe tener mucho cuidado con la ingesta de yuyos o hierbas en el tereré buscando aplacar el calor. Hay que conocer sus propiedades, pues deberían evitarse aquellas con propiedades diuréticas, es decir, que favorecen la deshidratación.
“Consumir un cóctel de hierbas y sustancias que puedan causar deshidratación e hipotensión arterial, puede ser muy perjudicial. Esto quiere decir que no debo abusar de los yuyos especialmente en los días de mucho calor”, sugirió.
Lo tatuajes disminuyen la sudoración
Según Pérez, muchos no lo saben, pero los tatuajes disminuyen la sudoración, haciendo que el cuerpo no se refrigere a la velocidad requerida, sobre todo en el caso de las personas cuya piel se encuentra casi totalmente cubierta de tatuajes.
“Estos disminuyen la sudoración del área en la que se encuentran, y si ocupan zonas claves del cuerpo, donde se suda mucho, puede llevar a que la temperatura corporal aumente, ya que el organismo no puede eliminar el calor y se puede sufrir de hipertermia por esta situación”, advirtió.
La piel tatuada en abundancia precisa bastante más tiempo para que el cuerpo disminuya su temperatura. En otras palabras, las personas muy tatuadas se vuelven más propensas a sufrir, por ejemplo, insolación.
¿Qué se debe hacer ante un cuadro de insolación?
El médico se refirió al actuar que debemos tener si nos encontramos en presencia de una persona que está sufriendo de insolación, de modo a poder ayudar a su recuperación hasta la llegada de profesionales médicos.
La insolación se da por la exposición inadecuada al sol, y la imposibilidad del cuerpo de eliminar el calor. Éste no puede regular la temperatura corporal, lo que lleva a que la persona pueda tener dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos, desmayos, hipertermia, alteración del estado mental, convulsiones e incluso estado comatoso.
“Ante la sospecha de insolación se debe recostar a la persona en un lugar fresco, con sombra, hidratarla adecuadamente, se pueden utilizar bebidas ricas en sales minerales, poner compresas de hielo en el cuello o la nuca o axila. En caso de alguna alteración del estado mental o estado de inconsciencia concurrir lo antes posible a un servicio de urgencias”, recomendó.
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