Da Costa aclaró que el hecho de que Paraguay transite una fase temprana no implica una condición negativa. “Hoy está en una etapa sumamente temprana y early stage. Eso no quiere decir que esté en un mal momento; cada tipo de proyecto tiene su propia salida”, afirmó, y agregó que el objetivo final siempre apunta a alcanzar la etapa operativa, aunque el camino sea progresivo.
El especialista destacó que la minería no se limita a la extracción, sino que involucra una cadena de valor que comienza mucho antes. “Hay toda una cadena de valor que inicia desde el momento en que empieza la idea de hacer un proyecto”, señaló, al comparar el proceso paraguayo con el de países vecinos que ya avanzaron en distintas fases.
En ese sentido, Da Costa marcó una diferencia clara con Argentina y Brasil, que ya cuentan con desarrollos consolidados. “Brasil y Argentina se encuentran ya en diferentes etapas, con proyectos avanzados que realizan exportaciones”, sostuvo, y remarcó que ambos países poseen una trayectoria minera que facilita nuevos emprendimientos.
Al referirse al caso argentino, Da Costa subrayó la relevancia estratégica del litio. “Argentina conforma, junto a Chile y Bolivia, el Triángulo del Litio, donde se concentra más del 60% de las reservas de litio a nivel mundial”, indicó, destacando que el país vecino ya opera varios proyectos en fases avanzadas.
Brasil, por su parte, se apoya en una tradición minera histórica. “Son países con una tradición minera muy grande, especialmente Brasil, en cobre y hierro, con empresas propias como Vale, que es uno de los gigantes a nivel mundial”, explicó Da Costa, al describir el contexto regional que rodea a Paraguay.
A pesar de estas diferencias, el consultor aseguró que Paraguay reúne condiciones para posicionarse estratégicamente. “Paraguay tiene todas las condiciones para tranquilamente convertirse en un jugador importante, no solamente en minería, sino también dentro de la cadena de valor”, afirmó, y destacó que el país puede sacar ventaja especialmente desde el punto de vista financiero.
Da Costa puso como ejemplo el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) implementado en Argentina. “Es un caso excelente para observar cómo se atraen inversiones; hoy hay una fila de interesados en aplicar al RIGI con proyectos de más de 200 millones de dólares”, señaló, y sugirió que Paraguay puede aprender de ese modelo para diseñar sus propias herramientas.
En cuanto a los recursos identificados en el país, Da Costa mencionó avances concretos. “Se descubrieron reservas de uranio, hay un proyecto activo manejado por Uranium Energy Corp. y también un proyecto muy interesante de titanio”, indicó. Además, señaló que “se están empezando a explorar reservas de litio en Concepción, y existen indicios de oro y hierro”.
Desde una mirada estratégica, el consultor descartó competir directamente con grandes productores globales. “No hay lugar para compararse con Chile o Australia porque están en diferentes etapas”, afirmó, y propuso otro enfoque: “Paraguay puede ser un gran proveedor dentro de la cadena minera, en insumos, mano de obra, ingeniería y construcción de proyectos”.
Finalmente, Da Costa enfatizó la necesidad de reglas claras y controles ambientales estrictos. “Si no se controla el tema ambiental puede ser un gran problema futuro para el país”, advirtió, y añadió que las empresas “tienen que dejar una huella, trabajar con las comunidades y cumplir estándares internacionales”. En ese marco, concluyó: “Para atraer capital minero a Paraguay se necesita un marco regulatorio claro y reglas de juego claras, porque el potencial es grande y el mundo está demandando minerales críticos para la transición energética”.
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