En una entrevista radial, López sostuvo que el negocio del delivery dejó de ser un servicio marginal para convertirse en un eslabón central de la cadena gastronómica. “Hay una tendencia creciente en el uso de estas plataformas y el problema es que no se respeta el tiempo establecido. El usuario ya paga por el alimento y por el servicio, pero cuando la entrega se demora no tiene la posibilidad de cancelar el pedido”, afirmó. Según el abogado, la discusión no pasa solo por la experiencia del cliente, sino también por la responsabilidad de las plataformas frente a los locales y los repartidores.
El presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay, Oliver Gayet, señaló que las demoras no pueden atribuirse de manera lineal a las aplicaciones. “Se habla mucho de la tardanza de las plataformas, pero eso depende de mil cosas: el retraso de la app, los circuitos de reparto, el tiempo de preparación gastronómica y también el hecho de que muchos restaurantes tienen venta directa”, explicó. En ese sentido, advirtió que cualquier iniciativa legislativa debe contemplar la complejidad operativa del rubro.
Gayet reconoció que una regulación podría ser una opción, aunque aclaró que el debate aún está en una etapa muy inicial. “Se podría ver, es una opción sentarnos en una mesa para regular, pero está muy verde. Dentro del gremio, si vamos a apoyar algún tipo de iniciativa, analizamos cómo se practica en otros países. No queremos inventar la rueda”, dijo.
El enfoque laboral suma otra capa de discusión. Para el abogado laboralista y miembro de la Asociación de Abogados Laboralistas del Paraguay, Jorge Rojas Rotela, el eje del problema no está en los minutos de demora entre el pedido y la entrega. “El principal problema del trabajo de plataforma es la desprotección absoluta del sistema de seguridad social de los trabajadores, propio del proceso de ‘uberización’ del empleo, que crea falsos autónomos”, sostuvo.
Rojas Rotela remarcó que cualquier proyecto de ley debería priorizar esa dimensión antes que centrarse exclusivamente en la experiencia del usuario. “No es voluntad del trabajador de plataforma tener muchos pedidos ni que la aplicación no tenga la cantidad de delivery necesaria para satisfacer la demanda”, explicó. A su criterio, la empresa es la que debería dimensionar correctamente su flota y evitar brindar información incorrecta a los locales cuando aceptan un pedido.
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