En Paraguay hasta finales de 2009 y 2010 existió la producción de este aceite, impulsado por el interés de desarrollar biocombustibles sostenibles y la necesidad de diversificar la matriz energética del país, sin embargo, con el paso del tiempo, los productores perdieron el interés debido a la falta de apoyo de las autoridades estatales.
En conversación con Juan Carlos Fisher, expresidente de la Cámara de la Cadena Productiva de Piñón Manso (Capropim), nos comentó acerca de la producción en Paraguay, su procesamiento, beneficios y debilitamientos.
“Existió un impulso fuertísimo, pero a nivel gubernamental no se logró la producción por el tema del combustible. Se llegó a realizar la plantación, pero finalmente no se sostuvo ese acompañamiento. Incluso se llegó a importar semillas híbridas para la producción, pero no recibimos apoyo del Ministerio de Agricultura, ya que tampoco fue factible la comercialización”, mencionó Fisher.
En 2010 el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) suscribió un acuerdo de cooperación con la Cámara de la Cadena Productiva del Piñón Manso (Capropim) con el fin de promover el cultivo del piñón manso, conocido también como la jatrofa, para la producción de biodiésel, lo cual beneficiaría a los pequeños productores.
“El aceite que se extrae a partir del piñón es utilizado de forma directa para combustible o se mezcla. En México se llegó a realizar pruebas de este producto, en otras ocasiones se llegó a utilizar como querosén. El aceite de piñón es ideal para combustible de avión, pero en Paraguay no prosperó”, resaltó.
En cuanto a los beneficios que traería a la economía paraguaya en un futuro, volver a realizar la producción de aceite de piñón, comentó: “Si se vuelve a implementar la producción de este aceite, favorecería en gran medida al agricultor, ya que no se necesita de mucho cuidado y es muy noble con el medio ambiente, ya que se trata de un vegetal perenne, que contribuye con la captura del carbón y en su utilización final como combustible es menos contaminante”.
Otras utilidades y ventajas que ofrece la jatrofa son:
Diversificación de la matriz energética: la producción de biocombustibles a partir de jatrofa ayuda a reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Sostenibilidad ambiental: la jatrofa es un cultivo resistente a la sequía y a las plagas, y no requiere grandes cantidades de fertilizantes o pesticidas.
Valorización de tierras marginales: la jatrofa puede crecer en suelos degradados o improductivos, contribuyendo a la recuperación de estos ecosistemas.
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