Paul Sarubbi Balansa, presidente del XXIII CILA, destacó para InfoNegocios la relevancia histórica del congreso y el trabajo previo para garantizar su éxito. “Estamos trabajando hace más de un año reuniéndonos prácticamente todas las semanas con todos los gremios de la construcción para que este CILA sea el mejor que se haya hecho”, afirmó. Este congreso se realiza cada dos años y, tras 46 años de trayectoria, Paraguay será anfitrión por segunda vez en más de dos décadas.
Uno de los aspectos destacados por Sarubbi es la inclusión de jóvenes en el congreso, quienes tendrán la oportunidad de interactuar con expertos de reconocimiento internacional. “Queremos que participar en este congreso sea como un masterado para los jóvenes, que puedan escuchar a profesionales que difícilmente se encuentran en otro contexto”, explicó. La apuesta por la formación apunta a fortalecer un eslabón clave de la cadena de la construcción: la educación de futuros ingenieros y técnicos en infraestructura.
Paul Sarubbi Balansa, presidente del XXIII CILA
El presidente del CILA también subrayó el crecimiento del sector en Paraguay en los últimos 15 años. “Antes se invertían US$ 200 millones al año en obras viales. Hoy hablamos de US$ 1.000 millones en carreteras, hospitales y colegios”, destacó, evidenciando el dinamismo del sector y su rol como motor de la economía local. Sin embargo, Sarubbi enfatizó que aún existen desafíos, principalmente en términos de inversión. “Si hubiese más recursos, podríamos hacer aún más, pero la capacidad técnica y humana de las empresas paraguayas está plenamente disponible”, afirmó.
En este sentido, la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, resaltó para nuestro diario la importancia de Paraguay como sede del CILA y su proyección internacional. “Es un orgullo que Paraguay sea país anfitrión de este evento, que nos permite conectarnos con los principales académicos y empresas del sector, y absorber las últimas tendencias en desarrollo de obras”, señaló. Centurión destacó que el congreso ofrecerá también un enfoque urbano, abordando la complejidad de pavimentos en entornos con redes y servicios, así como la importancia de garantizar caminos seguros y eficientes para la ciudadanía.
Claudia Centurión, ministra de Obras Públicas y Comunicaciones
Para la ministra, el crecimiento de la infraestructura vial no solo depende de la inversión, sino de una implementación eficiente y responsable. “Tenemos que invertir de manera sostenida, garantizando que el sector privado reciba su pago y aprovechando herramientas como Itaipú, Yacyretá, la SAP y la ANDE para financiar obras públicas”, explicó, subrayando que Paraguay posee un marco fiscal y económico sólido que permite avanzar en infraestructura sin generar cuellos de botella.
El XXIII CILA contará con cuatro salas simultáneas para presentaciones técnicas y capacidad para más de 900 especialistas, garantizando un riguroso proceso de evaluación de trabajos científicos. Con la participación de organismos internacionales como Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el congreso se perfila como un encuentro estratégico para consolidar la cooperación regional y proyectar soluciones innovadoras para la infraestructura vial de Ibero-Latinoamérica.
Sarubbi y Centurión coinciden en que el CILA representa una oportunidad única para Paraguay: no solo fortalecer el intercambio de conocimiento y tecnología, sino también posicionar al país como un centro de referencia internacional en construcción y desarrollo de infraestructura. Más que un congreso, el XXIII CILA promete ser un motor de formación, inversión y crecimiento para toda la región.
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