Fue en el Asunción Golf Club donde se definió parte de ese éxito: Benjamín Fernández se alzó con la medalla de plata, cerrando con un +3 después de liderar en la primera fase y resistir con garra en las rondas siguientes. Victoria Livieres sumó más gloria con el bronce, aguantando con temple un +14 final. Franco Fernández, su hermano, acarició el podio y quedó a un paso del bronce.
Esa performance redondeó una campaña histórica: Paraguay rompió su propio récord, dobló su producción de Cali 2021 (que fue de 10 medallas) y se posicionó en el medallero con 3 doradas, 6 plateadas y 14 de bronce. El objetivo inicial estaba en 20 y lo pasaron.
El cierre fue un espectáculo. El presidente del Comité Olímpico Paraguayo, Camilo Pérez, se subió al escenario con un mensaje claro: “Los sueños se hacen realidad… Vamos a seguir creciendo, que el Paraguay puede”. Esa frase retumbó en la clausura, iluminada por bengalas y sonrisas, y reforzó que el país no solo organizó los Juegos, los vivió y los ganó.
En ese desfile final vibrante (con el presidente Santiago Peña presente, el Himno Nacional entonado, y la antorcha apagándose bajo un cielo de fuegos artificiales) Paraguay se despidió como anfitrión y protagonista. Además, entregó los Juegos a Guadalajara 2029 mientras el público celebraba a un equipo que ya se proyecta a Lima 2027.
Detrás del podio latió un esfuerzo colectivo: participaron 51 deportistas paraguayos que se colgaron al menos una medalla, participando en 12 de los 28 deportes. Esa amplitud mostró que el talento no es cosa de uno ni dos, sino de equipo, de estructura y de apoyo local.
Brasil dominó el medallero continental con 175 preseas, seguido por Estados Unidos y Colombia. Pero Paraguay sacudió el tablero: terminó 14° en el ranking general, un salto monumental para el país anfitrión.
Estamos frente a una generación que no miró, actuó. Que puso al país en el podio con convicción. Que transformó el evento en una plataforma para confirmar el potencial paraguayo. No queda otra que seguir (como lo dijo el COP) porque el Paraguay puede y lo está demostrando.
Tu opinión enriquece este artículo: