Según Ariel Duarte, representante legal de Contad EAS y asesor tributario y contable desde hace 10 años, la rutina de un contador solía implicar acudir a oficinas habilitadas para realizar gestiones tributarias. Presentar una declaración de impuestos, como el IVA, requería largas filas y traslados, lo que hacía del proceso algo tedioso y complejo. Hoy, todo esto se realiza en línea, sin necesidad de salir de la oficina, simplificando el pago de impuestos, la presentación de documentos y la carga de facturas.
Esta digitalización trajo consigo un nuevo tipo de factura: la factura electrónica. En el futuro cercano, se espera que todas las facturas sean completamente digitales, eliminando el uso de las facturas preimpresas. “Según las proyecciones, en aproximadamente cinco años, las empresas y los contribuyentes deberán gestionar toda su documentación en línea, directamente en los sistemas de Hacienda. Este cambio mejorará la eficiencia y abrirá la puerta a una fiscalización más ágil y transparente”, indicó Duarte.
La adopción de herramientas tecnológicas dividió a los profesionales de la contabilidad en dos grupos: aquellos que se formaron en un contexto digital y quienes, habiéndose graduado antes de 2010, enfrentan un desafío adicional en el aprendizaje y uso de estas nuevas herramientas. Esta brecha generacional se evidencia desde el manejo de dispositivos móviles y aplicaciones básicas hasta el uso de herramientas avanzadas de gestión de datos.
“Hoy en día, Excel se ha convertido en una habilidad indispensable para los contadores, permitiendo el análisis de datos y la organización de información con precisión. Además, tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y herramientas como ChatGPT se están incorporando rápidamente en las operaciones diarias de algunos profesionales, quienes encuentran en ellas un aliado poderoso para optimizar sus tareas y responder de forma rápida a los requerimientos de sus clientes”, explicó Duarte.
En ese sentido, existen aplicaciones que transforman la gestión tributaria, como es el caso de Billio, una empresa paraguaya dedicada a la administración de impuestos y el cumplimiento de regulaciones fiscales.
Gianluca Vairoleto, gerente comercial de Billio, comentó que “Billio surgió de la necesidad de brindar a los paraguayos una herramienta y servicio de alta calidad para gestionar sus tributos de manera eficiente y profesional.”
Esta aplicación paraguaya permite gestionar impuestos de manera rápida y sencilla, ofreciendo asesoramiento continuo desde la app. “Los clientes de Billio cuentan con un contador designado desde el inicio, quien está disponible para resolver dudas y guiar al usuario en sus procesos tributarios. Este servicio de asesoría, que puede ser tanto presencial como en línea, garantiza que cada contribuyente tenga el respaldo necesario para cumplir con sus obligaciones fiscales sin inconvenientes”, agregó.
A través de esta aplicación, los clientes pueden subir sus facturas, monitorear ingresos y egresos, y acceder a una matriz completa de sus finanzas. Además, el sistema organiza la información por mes y año, facilitando la planificación y el control fiscal.
Billio ha implementado protocolos estrictos para proteger los datos sensibles de sus usuarios. Según Vairoleto, la protección se basa en dos pilares: un contrato de confidencialidad y múltiples capas de seguridad en la aplicación. La empresa también realiza auditorías periódicas para garantizar que sus sistemas se mantengan seguros y actualizados, conforme a las mejores prácticas y normativas de protección de datos vigentes.
Tu opinión enriquece este artículo: