En entrevista con InfoNegocios, Norma Martínez, representante de la granja, contó que la incursión en el mundo caprino comenzó casi de forma casual. “Teníamos cabras y cuando empezaron a parir, vimos la oportunidad de ofrecer leche fresca. A la gente le encanta que esté recién ordeñada, no congelada”, explicó.
Actualmente cuentan con al menos 25 cabras, principalmente de las razas Alpina y Saanen, reconocidas por su calidad lechera. A partir de la leche, Don Diego desarrolla una línea diversificada de productos: quesos frescos y untables (incluso con hierbas y picantes), yogures, dulce de leche y jabones artesanales a base de glicerina y leche de cabra. La venta mínima de queso comienza en 100 gramos, a partir de G. 20.000, mientras que el litro de leche cuesta G. 25.000.
Además del valor nutricional y artesanal, los consumidores valoran la cercanía. “Comercializamos sin intermediarios. Estamos en las ferias del MAG y también vendemos por redes sociales. El beneficio es que al mediodía ya tenemos todo vendido y podemos volver a casa con la producción colocada”, destacó Norma.
La agroganadera también mantiene su actividad porcina, con alta demanda por su carne de lechón, y completa su oferta con aves de corral como gallinas, patos y guineas. Aunque esta línea es más para autoconsumo o venta ocasional, la diversificación les da estabilidad y opciones ante diferentes mercados.
Si bien hoy la familia no trabaja con supermercados por los requisitos sanitarios y logísticos, no descartan hacerlo más adelante. “En una feria tenés contacto directo con el cliente. Si le gusta tu producto, vuelve por más. Eso es una ventaja que no se da cuando vendés a través de intermediarios”, explicó Martínez.
La granja Don Diego está en proceso de crecimiento. A pesar de operar con recursos limitados, han logrado innovar de forma progresiva. Por ejemplo, pasaron de hacer dulce de leche de forma manual a incorporar una olla especial que les permite reducir de 10 a 3 horas el tiempo de producción, optimizando el trabajo y permitiendo escalar. “No es nada sofisticado, pero buscamos la manera de seguir mejorando”, señaló.
La capacitación también forma parte de su estrategia. Participan de cursos y talleres —como el reciente sobre morfología caprina en la Expo Paraguay 2025—, lo que les permite perfeccionar prácticas de manejo, sanidad y producción.
Aunque la competencia en el rubro caprino aún no es masiva en el departamento Central, sí existen productores que, como Agroganadera Don Diego, están abriendo camino en este nicho con valor agregado y enfoque sustentable. “Cada uno va ganando su espacio según el empeño que le pone. Si a la gente le gusta tu producto, vuelve”, concluyó Martínez.
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