Detrás del proyecto están Natalia Pino y Marcelo Benítez, quienes comenzaron su camino como productores de frutillas en 2018, pero no cualquier tipo de frutilla: apostaron por variedades premium como la sweet charlie y la darbo prim, más grandes, dulces y sabrosas que las tradicionales del mercado. “Nos destacamos desde el principio por la calidad. Seleccionamos una por una, vendemos por kilo a particulares y también al por mayor, incluso a locales como Café de Acá”, contó Natalia.
La idea de transformar las frutillas en una experiencia más gourmet nació de forma inesperada. “Fue en el primer cumpleaños de mi hijo. Armamos una mesa con frutillas, uvas, arándanos, una cascada de chocolate, ¡y la gente se volvió loca! Ahí pensamos, ¿y si esto puede ser un negocio?”, recordó.
Investigaron y descubrieron que en ciudades como Londres, Madrid o Nueva York ya era tendencia servir frutillas frescas en vasos, acompañadas de salsas irresistibles y toppings personalizados. Fue cuestión de tiempo para adaptar el concepto al mercado local y lanzarlo con identidad propia.
Berry Sweet abrió sus puertas oficialmente y desde entonces, no paran. El local es pequeño, pero acogedor, se encuentra dentro del Paseo Die Ecke, un espacio techado con áreas de descanso y juegos para niños, ideal para disfrutar ahí mismo del postre o pedirlo para llevar, también hacen delivery.
El producto estrella son, por supuesto, los vasitos de frutilla fresca. Vienen en dos tamaños (pequeño y grande) y se pueden personalizar completamente con salsas como nutella, pistacho, chocolate amargo, chocolate blanco con leche condensada y dulce de leche.
En cuanto a los toppings, están el crumble de oreo, chips de chocolate, coco rallado, nueces picadas, chantilly y kataifi, una masa crocante que da ese toque especial al ya famoso “sabor Dubái” (pistacho + nutella + kataifi), uno de los favoritos del público.
“Queremos que cada persona arme su combinación ideal. Es un producto personalizado, fresco, natural, que se disfruta visualmente y que es riquísimo”, aseguró Natalia.
Pero eso no es todo. En Berry Sweet también ofrecen frutillas bañadas en chocolate, perfectas para regalar o mimarse y una torta sin masa, formada por 27 frutillas bañadas en chocolate, apiladas y decoradas temáticamente para cumpleaños, bautismos, Navidad o cualquier ocasión especial, y por supuesto, siguen vendiendo frutillas premium por kilo, seleccionadas a mano y disponibles incluso fuera de temporada gracias a la importación desde Brasil.
El sabor más pedido es el clásico infalible: frutillas con nutella y oreo. Aunque el segundo lugar lo ocupa el sabor Dubái, una opción más sofisticada que sorprende por su textura y combinación.
“La gente entra y se sorprende. Muchos piensan que es helado o açaí y cuando les mostramos que son frutillas frescas, bien servidas, con todo ese juego de salsas y toppings, se enamoran. Es un producto nuevo, que no existía en Paraguay. Nos proponemos abrir una segunda sucursal en el corto plazo y soñamos con llegar a un shopping en un par de años”, concluyó.
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