Andrea, nutricionista de profesión, se encontraba sin trabajo y en casa con su pequeña hija de entonces nueve años. En una tarde cualquiera, entre juegos de cocina y galletitas, surgió la idea: “¿Y si hacemos un cinnamon roll?”, le propuso su hija. Andrea jamás había preparado uno, pero aceptó el reto. Sin saberlo, ese fue el punto de partida de un emprendimiento que hoy endulza a Ciudad del Este.
“Empecé en una cocina muy pequeña. Hice una tanda y me sobró muchísimo, así que empecé a repartir entre familia y amigos. Todos quedaron encantados. Fue así como todo comenzó a crecer”, recordó Andrea. La aceptación fue tan grande que decidió montar una cocina en su casa y luego abrir un perfil en Instagram. Junto a su hija eligieron el nombre: Otti Rolls, en honor a un apodo familiar: “Otita”.
En 2021, aún con los desafíos de la pandemia, Andrea dio el siguiente paso y abrió un pequeño salón en la Av. 3ra, en pleno centro de Ciudad del Este. “El 25 de junio cumplimos cuatro años. Es increíble mirar atrás y ver todo lo que logramos”, contó. El crecimiento fue tal que, dos años después, amplió el local alquilando el salón contiguo. Hoy, Otti Rolls cuenta con dos espacios donde la pastelería artesanal es protagonista.
A pesar de los avances, Andrea sigue fiel a su esencia, con decoración cuidada, atención al detalle y una búsqueda constante de calidad. “Me gradué y, gracias a eso, ampliamos nuestra oferta. Hoy quiero que Otti Rolls se convierta en una pastelería completa”, compartió.
Su producto estrella siguen siendo los cinnamon rolls, con más de 20 sabores de toppings, pero su menú ya incluye cookies, alfajores, pastafrolas, desayunos personalizados, canastas, cafés y packaging diseñado con esmero. Además, adapta su producción a fechas especiales como Pascuas y Navidad.
Respecto al futuro, Andrea es clara: “Queremos cubrir todo lo que sea pastelería y, si Dios permite, abrir una sucursal en otra ciudad”, concluyó.
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