Según Daniel Vera, presidente de Ferreira y Asociados SA, el país está atravesando una transición significativa en su estructura demográfica y su movilidad espacial. El cambio en el número de miembros por hogar, de casi cinco personas en la década de 1990 a 3,5 en la actualidad, refleja una modificación en los estilos de vida y en las expectativas de las familias.
“Este ajuste en la composición familiar, combinado con la creciente urbanización durante los últimos 30 años, ha generado una demanda de viviendas que se alinee mejor con las nuevas realidades de los hogares paraguayos”, expuso.
Por otro lado, la disminución de los tamaños de los hogares y la complejización de la movilidad personal han evidenciado una necesidad creciente de tipologías de viviendas más flexibles y adaptables.
“La oferta existente, que supera los 2 millones de unidades, no siempre cumple con los nuevos requerimientos en términos de ubicación, tamaño y precios. Como resultado, muchos propietarios están poniendo sus viviendas en venta o alquiler, contribuyendo al aumento de unidades desocupadas”, indicó.
Una de las manifestaciones más evidentes de estos cambios es el incremento de los hogares unipersonales, que casi han duplicado su número en la última década, pasando de 145.033 en 2012 a 273.638 en 2022. “Este crecimiento subraya la necesidad de adaptar el parque habitacional a una demanda que cada vez exige más flexibilidad y opciones asequibles”, acotó.
Asimismo, mencionó que la distribución de viviendas en Paraguay muestra una concentración significativa en áreas urbanas. Los departamentos de Central, Alto Paraná, Itapúa, Caaguazú y la capital albergan la mayoría de las unidades habitacionales.
“Central lidera con más de 500.000 viviendas, seguido por Alto Paraná con más de 250.000. Las ciudades principales como Ciudad del Este, Luque, Capiatá y San Lorenzo representan un cuarto del total de viviendas del país, con más de 60.000 unidades en cada una”.
Sin embargo, la dinámica no es uniforme en todo el país. Según el monitoreo de uso de suelo realizado por Ferreira y Asociados SA, algunas áreas están viendo una disminución en la cantidad de viviendas, especialmente en zonas rurales donde las pequeñas fincas son reemplazadas por grandes fincas agropecuarias. “Este fenómeno se observa en departamentos como Canindeyú, Caaguazú y Alto Paraná, donde el modelo de producción mecanizado está transformando el paisaje rural”, apuntó Vera.
El panorama actual del mercado inmobiliario en Paraguay muestra un crecimiento robusto en el número de viviendas ocupadas, impulsado por cambios en los patrones de vida y una urbanización en expansión.
Sin embargo, el desajuste entre la oferta y la demanda, junto con la necesidad de adaptarse a una población en evolución, plantea desafíos para el sector. “Las oportunidades están en la adaptación y la innovación en la oferta de viviendas, que deberá alinearse con las nuevas realidades demográficas y económicas del país”, concluyó.
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