Antes, su imagen se limitaba a productos específicos como alimentos balanceados, veterinarias o juguetes para mascotas. Hoy, el panorama es mucho más amplio, apelando a un vínculo emocional que genera un poderoso “gancho” entre humanos y animales.
Según Lucas Elvira, director creativo de la agencia Nasta, esta transformación no es casual, sino el reflejo de una relación cada vez más estrecha entre las personas y sus mascotas. “Antes las mascotas eran más un bien, algo que uno tenía con un objetivo práctico: un perro para cuidar la casa o un gato para espantar roedores. Comían lo que se les daba y cumplían una función. Hoy ese rol cambió completamente. Un chihuahua no te va a proteger, pero sí te da compañía, amor, afecto. Se convirtió en un miembro más de la familia”, explicó.
Este cambio de percepción transformó tanto la vida cotidiana como la economía. “Hoy tenés alimentos premium, seguros para mascotas, hoteles para perros, ropa, juguetes. Es un sector económico en sí mismo. Pero lo interesante es que las marcas de otros rubros vieron esta conexión emocional y la están capitalizando”, señaló Elvira.
Ejemplos recientes incluyen campañas de aseguradoras que usan mascotas para transmitir confianza y cuidado, inmobiliarias que presentan hogares pet-friendly con perritos felices o incluso bancos que humanizan sus servicios con escenas donde las mascotas son parte de decisiones importantes. “Un perro en una publicidad ya no representa protección, representa amor, estabilidad, ternura, compañía. Eso vende. Porque conecta con emociones que todos tenemos”, dijo.
El crecimiento del mercado también impulsó empresas enfocadas en servicios integrales para mascotas, como 4pets, que ofrece seguros para perros, adiestramiento y etología, fiestas de cumpleaños, guardería, hotel y seguro médico, entre otros. A esto se suman aseguradoras como Fénix; Atlas Seguros; Royal Seguros, que ya incluyen productos para este segmento.
Hoy, imágenes como la de un perro corriendo torpemente por el living, un gato durmiendo sobre una laptop o una mascota saludando con alegría a su dueño no son solo escenas tiernas: son estrategias cuidadosamente pensadas. “Son imágenes que te generan algo, te atrapan. Podés estar haciendo zapping o scrolleando redes, pero ves una mascota y te detenés. Y eso, en publicidad, es oro”, comentó Elvira.
Este fenómeno se enmarca en el llamado “marketing emocional”, una estrategia que busca generar vínculos afectivos con el consumidor. “Una marca que usa un perro en su comunicación puede lograr que la gente piense: esta marca me entiende, se conecta conmigo”, afirmó.
Otro fenómeno en auge es el de los pet influencers, animales que acumulan miles o millones de seguidores en redes sociales y que son contratados por marcas para publicitar productos. “Tenemos mascotas que hoy son embajadoras oficiales de marcas. Desde perros hasta gallinas. Hay una gallina paraguaya muy famosa que está completamente asociada a una marca, y tiene más engagement que muchas personas”, resaltó Lucas.
Estos perfiles logran un nivel altísimo de interacción y recordación. “El público los ama porque no se sienten forzados, porque hay autenticidad. Y las marcas lo saben. Por eso los usan para ganar cercanía, simpatía y humanidad”, dijo.
Elvira también destacó que el uso de animales en producciones publicitarias requiere un cuidado especial en su bienestar. “El trato que se les da durante las grabaciones es fundamental. Hoy nadie tolera el maltrato animal, y cualquier cosa que genere estrés o sufrimiento puede dañar irreversiblemente la imagen de una marca”.
Asimismo, comentó que en sus experiencias en sets, siempre se toman pausas importantes: “Hay perros que están adiestrados y hacen todo a la perfección, pero también hay otros que necesitan tiempo. Y hay que respetar eso”, concluyó.
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