La paradoja de la atención publicitaria
Estrategias como el priming (exposición repetida de logo, tono o color) y la atención pasiva (vía podcast, pre-rolls o vallas) se consideran eficientes y sutiles. Pero ante la sobrecarga informativa, dejan de funcionar.
La inhibición latente actúa como un filtro: tras múltiples exposiciones sin significado, el cerebro las ignora automáticamente. La décima visualización no genera más atención, sino que refuerza el bloqueo cognitivo.
Repetición vs relevancia: el dilema estratégico
El daño va más allá del simple desgaste creativo: estudios como The Eye-Watering Cost of Dull Media estiman que la eficiencia en planificación puede caer hasta un 77 % cuando la emoción y creatividad no son prioritarias.
La consecuencia: se invierte mucho, se ve poco y se recuerda menos. No es solo un problema de alcance, es un fallo en la memoria de marca.
Cuatro claves para reconquistar la atención efectiva
1. Familiaridad con frescura
Rompe la monotonía con variaciones creativas. La familiaridad debe renovarse con formatos, mensajes o estilos distintos que desplieguen significado, como lo hace anualmente el exitoso Spotify Wrapped.
2. Secuencia con narrativa
Una campaña debe contar una historia, no repetir un slogan. Formatos de alta atención como CTV o video premium permiten que el mensaje evolucione, como en “Shot on iPhone” de Apple: visualmente distinto, pero siempre conectado a la misma idea central.
3. Emoción en lugar de exposición
La emoción desacelera el olvido. Campañas como Suncorp One House impactan no solo por su mensaje, sino por su conexión con causas reales y contenido emotivo que permite memorabilidad.
4. Micro‑engagements
Permite al público interactuar: encuestas, swipes, personalización. Estas microacciones introducen novedad en cada exposición y evitan que el cerebro caiga en piloto automático.
En conclusión, el priming y atención pasiva no son enemigos: son herramientas útiles que deben calibrarse. Sin embargo, la familiaridad sin contenido profundo construye irrelevancia. En un panorama donde la atención consciente es más valiosa que el alcance, las marcas enfrentan el verdadero desafío de ser vistas con sentido, no solo ser vistas.
“El riesgo no es ser olvidados tras ser vistos, sino nunca haber sido verdaderamente percibidos”.
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