Uno de los grandes protagonistas es la inteligencia artificial. Ya no es una opción usarla: se volvió una herramienta clave en el trabajo creativo. Ya está integrada en la mesa de trabajo: acelera la lluvia de ideas, propone enfoques y facilita la planificación. La diferencia está en cómo la usamos. La IA es un atajo, pero la esencia sigue siendo nuestra creatividad y nuestra manera de conectar.
Otra señal fuerte es que TikTok ya dejó de ser solo entretenimiento: ahora es buscador. La gente, sobre todo los más jóvenes, lo usa para decidir dónde comer, qué comprar o cómo resolver algo rápido. Si tu marca no aparece ahí, prácticamente no existe para ese público.
Las comunidades también cambiaron. Ya no todo pasa en el feed público: los grupos en WhatsApp, Telegram o Discord se volvieron espacios clave para generar confianza. Y como CM, es ahí donde realmente se construyen vínculos fuertes y duraderos.
Además, el social commerce se volvió regla. Comprar sin salir de Instagram o TikTok es lo más normal, y lo que mueve no es solo la promo, sino la historia detrás. Por eso cada publicación debería tener un “por qué” y un “para quién”, no solo un precio.
¿Y lo más importante? La autenticidad. Los usuarios ya no quieren marcas perfectas. Quieren ver personas detrás: el error en cámara, el backstage, la historia real. Eso es lo que genera conexión y, en el fondo, es lo que hace que alguien elija una marca por encima de otra.
Al final, el secreto está en animarse a probar. Videos que enganchen en tres segundos, usar IA como apoyo sin perder la voz propia, medir lo justo para aprender y, sobre todo, no tener miedo de experimentar. En digital, el que prueba y se adapta, gana.
3 claves para no quedar fuera del mundo digital en 2025
Si hay algo que aprendí gestionando marcas es que las tendencias cambian, pero hay principios que se repiten y que este año son más claros que nunca:
1. Estar donde tu audiencia te busca
Si tus clientes entran a TikTok antes que a Google, tenés que estar ahí. No se trata de copiar trends sin sentido, sino de crear contenido útil en los espacios donde la gente ya está buscando.
2. Conversar en lugar de vender
El usuario no quiere respuestas frías ni mensajes enlatados. Quiere sentir que detrás de la pantalla hay alguien que lo escucha, que entiende sus dudas y que le responde con cercanía.
3. Apostar por lo real
Lo que más conecta es lo humano. Una risa fuera de lugar, el equipo en acción o un error espontáneo dicen mucho más que una producción impecable. La naturalidad hoy vende más que la perfección.
En conclusión, el 2025 es un año para dejar de pensar en “tener presencia digital” y empezar a construir presencia significativa. Porque la diferencia no está en aparecer, sino en lograr que te recuerden.
El mundo digital cambia rápido. No alcanza estar presentes, hay que saber cómo estar.
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