Este proyecto está en camino a convertirse en empresa, gracias a la asesoría financiera, judicial y marketing de la incubadora Koga, tras haber ganado el año pasado un concurso en el cual los proyectistas ganaron US$ 10.000 y el citado asesoramiento. El equipo de trabajo está formado por Alejandra Molinas, Analía Martínez, Liz Brítez, Gabriela Molinas y Juan Carlos Ovelar.
“Las cenizas volantes son un subproducto industrial proveniente del proceso de combustión de las calderas de las industrias. Debido a sus características fisicoquímicas son incorporadas como agregado a los demás materiales utilizados convencionalmente para la elaboración de ladrillos cerámicos y cementicios. Estas cenizas son incorporadas sin tratamiento previo y el proceso de producción no requiere mano de obra especializada ni maquinarias de importancia”, afirmó Alejandra Molinas.
Específicamente, las cenizas volantes son residuos de la combustión de chips de eucalipto, cáscaras de semillas, de las calderas para la producción de cervezas en este caso.
Molinas comentó que mediante este proyecto se logra la revalorización de las cenizas volantes, convirtiéndolas en materia prima para la elaboración de nuevos materiales de construcción alternativos. Este proceso, a su vez, da lugar a una economía circular. Agregó que, para desarrollar el proyecto, inicialmente se realizará una inversión de US$ 10.000, dirigida a la constitución legal de la empresa y a los primeros lotes de ladrillos.
“La resistencia de nuestros materiales cementicios propuestos fueron validados técnicamente mediante ensayos en el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN), donde obtuvieron resultados óptimos y cumplieron con los requisitos o estándares para ser utilizados como elementos portantes en las construcciones”, sostuvo.
Respecto a beneficios al medioambiente, Molinas aseveró que, debido a las características de las cenizas volantes, los ladrillos resultantes requieren menor cantidad de agua, de amasado y tiempo de cocción, lo cual se traduce en una reducción del consumo de agua y ahorro de recursos energéticos durante el proceso de fabricación.
Además, las cenizas volantes confieren a los ladrillos, cerámicos y cementicios, propiedades técnicas tales como mayor eficiencia térmica, lo cual permite reducir la temperatura interior hasta 5°C respecto al exterior, minimizando el uso de acondicionadores de aire, según explicó la proyectista de BrickAsh Py.
Respecto a la sustentabilidad, BrickAsh Py se encuentra alineado con los siguientes Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU, debido a que en sus objetivos N°12: “Producción y consumo responsables”, este proyecto contribuye a mitigar el impacto ambiental, mediante la reutilización o reciclaje de volúmenes considerables de subproductos de origen industrial, además constituye una alternativa tecnológica para las construcciones sostenibles o verdes, explicó Alejandra Molinas.
También, a través de alianzas estratégicas entre la industria en general y la industria de la construcción, se da cumplimiento al objetivo N°17 “Alianza para lograr los objetivos”.
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