La gestión del parque quedó en manos de un equipo pequeño integrado por miembros de su familia. Laudín comentó que ellos se encargan de la administración, la atención al público y el mantenimiento de las instalaciones. También trabajan con colaboradores externos para tareas puntuales, lo que permite sostener las actividades operativas sin ampliar de manera permanente la estructura interna.
El parque incorporó instalaciones destinadas al descanso, al esparcimiento y al contacto directo con el entorno. Entre los servicios actuales se encuentran un área de camping equipada, una cabaña con baño privado y un tobogán semiacuático que desemboca en una zona de agua natural. El lugar también incluye hamacas, bancos, una casita del árbol, miradores, mesas, quinchos y parrillas. Además, ofrece sanitarios, duchas y una cantina con bebidas y productos básicos. El horario de ingreso va de martes a domingo, de 9:30 a 19:30.
Laudín indicó que la seguridad ocupa un lugar central en el funcionamiento del parque, principalmente en las áreas acuáticas. El tobogán cuenta con una edad mínima recomendada y requisitos de altura y condición física. El propietario detalló que el personal supervisa de manera constante el uso de la atracción, sobre todo en los momentos de mayor concurrencia. También mantienen visibles las normas de uso, que incluyen posturas adecuadas, turnos máximos y restricciones para prevenir incidentes.
En relación con el arroyo y las zonas de baño, el equipo realiza controles regulares del caudal y de la limpieza. Estas medidas buscan asegurar que la corriente, de baja profundidad, se mantenga apta para niños y grupos que prefieren actividades acuáticas de baja intensidad. Laudín mencionó que esta supervisión forma parte del trabajo diario para garantizar condiciones estables en un entorno natural.
El público que visita el parque se distribuye en distintos grupos con intereses variados. Laudín comentó que reciben a familias que buscan espacios donde los niños puedan jugar al aire libre, así como a jóvenes y grupos de amigos atraídos por las actividades recreativas. También llegan turistas de Itapúa y de otras regiones del país que encuentran en el parque una alternativa para pasar el día en contacto con la naturaleza.
Los visitantes locales representan otro segmento importante para el establecimiento. Muchos utilizan el parque como un punto habitual de recreación, lo que genera una relación continua entre la comunidad cercana y el emprendimiento. Laudín destacó que la diversidad de perfiles permite que convivan actividades de descanso con propuestas más dinámicas.
El propietario consideró que este equilibrio define la identidad actual del parque. Según explicó, el objetivo consiste en recibir tanto a quienes buscan diversión como a quienes prefieren un ritmo más tranquilo. La familia planifica sostener este enfoque mientras evalúa mejoras que fortalezcan la experiencia del visitante sin alterar el carácter natural que motivó el inicio del proyecto.
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