“Además de la efectividad, uno de los grandes beneficios es que evita irritaciones, pelos encarnados y manchas, dejando la piel más suave y uniforme”, explicó Sánchez.
El tratamiento aporta comodidad, y un ahorro de tiempo y dinero a largo plazo. “Muchas personas notan que después de unas pocas sesiones ya pueden espaciar la depilación, y eso cambia completamente la relación con su propio cuerpo y su cuidado diario”, agregó.
La tecnología avanzó al punto de permitir una depilación personalizada según el tipo de piel y color de vello, garantizando seguridad y resultados homogéneos. “El procedimiento es seguro siempre que lo realice un profesional capacitado y con el equipo adecuado”, enfatizó Sánchez.
Sin embargo, aclara que las pieles oscuras o bronceadas requieren precaución, ya que el láser actúa sobre la melanina y necesita ajustes específicos de intensidad.
En cuanto a la edad, el tratamiento se recomienda a partir de los 16 años, y no se aconseja durante el embarazo ni en personas que estén bajo tratamiento con medicamentos fotosensibles.
El éxito del tratamiento no depende solo del láser, más bien de los cuidados previos. Cinthia Sánchez detalló que antes de cada sesión es importante evitar la exposición solar y el uso de cera durante al menos dos semanas, ya que ambos factores pueden alterar el folículo piloso y afectar el resultado.
“Recomendamos rasurar la zona un día antes de la sesión, acudir con la piel limpia, sin cremas, desodorantes o maquillaje, y comunicar al profesional si se están tomando medicamentos o si hubo tratamientos recientes en la piel”, puntualizó.
Cada cuerpo responde de manera diferente. Por ejemplo, el vello claro o canoso tiene menos pigmento, por lo que responde con menor eficacia al láser. En tanto, las pieles muy oscuras o sensibles, o aquellas con lesiones cutáneas, requieren protocolos personalizados y mayor control profesional.
En casos de desequilibrios hormonales, como el síndrome de ovario poliquístico, la profesional aclaró que pueden necesitarse más sesiones o mantenimientos periódicos para controlar el crecimiento del vello.
El tiempo es otro punto a favor. Las sesiones son rápidas y se adaptan a la zona a tratar: pueden durar entre 10 minutos y una hora. Para resultados óptimos, el tratamiento completo suele requerir entre 10 y 12 sesiones, con intervalos de 4 a 6 semanas entre cada una.
“La constancia es fundamental. Con un seguimiento correcto, los resultados son visibles desde las primeras sesiones y se mantienen en el tiempo con pocos mantenimientos anuales”, dijo Sánchez.
La depilación láser todavía carga con algunos mitos que vale la pena aclarar. “No es un tratamiento doloroso, aunque puede generar una leve molestia momentánea, parecida a un pequeño chasquido”, aclaró la especialista.
Tampoco es exclusivo para mujeres, cada vez más hombres eligen el láser para zonas como la espalda, el pecho o la barba, buscando comodidad y estética.
Lejos de ser riesgoso, es un procedimiento seguro y eficaz si se realiza en un centro especializado con equipos certificados. Aunque el vello puede volver de forma leve con el tiempo, la reducción es permanente y significativa, y solo se recomienda un mantenimiento de 2 a 4 veces al año según el caso.
“Es un tratamiento que ofrece libertad, seguridad y bienestar. Lo que antes era una tarea rutinaria hoy se convierte en una experiencia de autocuidado, donde cada persona puede disfrutar de una piel más sana y confiada”, resaltó Sánchez.
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