La excepción permitida en 2019, no significa que el tope del déficit fiscal debe ser aumentado constantemente, según el analista, ya que deben manifestarse ciertos requisitos como un ingreso tributario inferior al estimado y una situación macroeconómica ralentizada, tal como se dio este año.
“No debemos volver a pedir la elevación del tope, o al menos sin los requisitos exigidos. Debemos apuntar a bajar ese déficit de 1,5%, hasta llegar al punto de equilibrio en el que el gasto sea igual al ingreso. No podemos gastar más de lo que tenemos. Para esto es importante determinar cómo incrementar los ingresos para seguir invirtiendo en gastos rígidos y de capital”, subrayó.
Para encontrar ese punto de equilibrio, es fundamental hacer un pacto social y político, según Garicoche, esto incidirá en la administración eficiente de los fondos disponibles, ya sea controlando la aptitud de los funcionarios públicos y optimizando los gastos en las inversiones en infraestructura o servicios varios.
“Se debe cuidar cada guaraní que se invierte. Si consideramos que no es posible mejorar los controles o que estamos ahorrando cifras insignificantes, nunca haremos estos cambios. Este año podemos ahorrar US$ 2 dólares, el próximo año US$ 5 y sumando todos los gastos, el ahorro es significativo”, recomendó.
Incluso para conseguir el grado de inversión tan anhelado, “debemos seguir fortaleciendo la institucionalidad y las obras públicas”, aseveró.
“Los ingresos tributarios son bajos de por sí, pero la disyuntiva es que, si no mejoramos la calidad del gasto público, los contribuyentes no estarán predispuestos a dar más aportes al Estado”, advirtió.
Inversión
Sobre la inversión en infraestructura, Garicoche agregó que existen alternativas para financiar las obras (como la APP u otras modalidades) y que, analizando nuestros ingresos limitados, podemos optar por estas alternativas para crear más estructuras que nos ayuden a crecer.
“Y como las condiciones macroeconómicas serán favorables en el 2020, no necesitaremos incrementar el tope, si apostamos a estas modalidades”, resaltó.
Pérdidas
Por último, Garicoche informó, que según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las ineficiencias en las compras gubernamentales, servicios públicos y transferencias focalizadas pueden costar hasta US$ 220.000 millones a los países de la región.
“Encima esto no hace referencia a la corrupción, sino simplemente a la mala gestión y sus consecuencias atroces”, recordó.
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