Si bien el ejercicio fiscal más reciente aún no cuenta con un balance consolidado —los datos oficiales se encuentran en etapa de cierre y serán presentados tras la asamblea anual del gremio—, desde el sector estiman que la tendencia positiva se habría mantenido. “Históricamente vemos un crecimiento interanual que ronda entre el 10% y 15%. Esto responde tanto al mayor apetito de los usuarios como al trabajo del sector por desarrollar productos innovadores, aprovechar canales digitales y ofrecer seguros más accesibles”, explicó Boccia en entrevista con InfoNegocios.
A esto se suma el ingreso constante de nuevos actores al mercado local, que ha intensificado la competencia y mejorado la oferta para los consumidores. “Se han creado nuevas aseguradoras reales, no solo cambios de nombre, lo que genera mejores condiciones para los usuarios”, apuntó.
Aunque el seguro de vehículos sigue siendo el más demandado por los paraguayos, la industria se ha diversificado notablemente. Hoy existen coberturas específicas para sectores como el agropecuario, seguros técnicos, contra incendios y una creciente oferta de asistencias adicionales que van desde el cuidado de mascotas hasta el mantenimiento del aire acondicionado, sin necesidad de que ocurra un siniestro.
“La torta sigue teniendo su mayor porción en automóviles, pero ahora es una torta más interesante: los productos son más completos, incluyen más coberturas y responden a una variedad de necesidades que antes no estaban contempladas”, señaló Boccia.
Uno de los casos más representativos de transformación digital en el rubro es el de Ueno Seguros, que se convirtió en la primera del país en ofrecer pólizas 100% digitales. “Con apenas unos clics, el usuario puede cotizar, pagar y recibir su póliza en el celular, todo en minutos. También estamos digitalizando la atención de siniestros, para ofrecer una experiencia fluida de principio a fin”, indicó.
No obstante, Paraguay aún se encuentra rezagado frente a sus pares regionales. Mientras que en países vecinos la penetración del seguro en el PIB ronda el 3%, a nivel local el porcentaje es sensiblemente inferior. “Eso nos indica que aún hay muchísimo por hacer, sobre todo en términos de cultura aseguradora y prevención”, advirtió.
Para revertir esa brecha, desde la Asociación se está implementando un plan estratégico a cinco años. Incluye alianzas con instituciones educativas para ofrecer formación técnica, diplomados y posgrados, además de capacitaciones internacionales. También buscan fomentar políticas públicas que acompañen el crecimiento del seguro como herramienta de estabilidad económica y social.
“La industria tiene que ofrecer productos accesibles, el usuario debe entender el valor de prevenir, y el Estado debe generar marcos legales que incentiven el crecimiento del sector. Es una responsabilidad compartida”, destacó Boccia.
La resiliencia del sector también quedó demostrada en momentos de crisis como inundaciones, sequías y, más recientemente, la pandemia. En todos esos casos, fueron las aseguradoras las que sostuvieron buena parte de la estructura financiera desde abajo, pagando indemnizaciones y cumpliendo su rol económico y social.
A medida que el nuevo ejercicio fiscal avanza, el enfoque estará puesto en seguir diversificando la oferta, ampliar el acceso a los seguros digitales y fortalecer la capacitación de todos los actores involucrados. Los números exactos de cierre del año anterior se conocerán próximamente, pero el horizonte sigue siendo optimista.
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