-¿Qué medidas podrían ser efectivas para mejorar la situación?
-Necesitamos claridad sobre las vacunas y un compromiso real por parte del Gobierno. Esto debe dejar de ser una expresión de buenos deseos para concretarse en un plan de vacunación con fecha y priorización para alcanzar a toda la población, esto medianamente podría contener la sensación de impotencia, intranquilidad, ira y ansiedad generalizada.
Por otro lado, se debe trabajar de manera urgente y concreta sobre las comunicaciones gubernamentales, que se acercan más a tiras cómicas de mal gusto que a la seriedad mínima que se espera en el manejo de una situación tan crítica.
Transparencia en el uso de los recursos tanto financieros como de manejo de los medicamentos, atención criteriosa de los demás casos de enfermedades existentes.
-Se habla de un juicio político al presidente y al vicepresidente, ¿cómo ve este tema?
-Con mucha preocupación, coincidimos en la profundidad de la crisis: corrupción, falta de respeto a las leyes con total impunidad, el aumento de salarios en el Senado lo sentimos como una risa burlona a la ciudadanía, malversación de fondos sin ningún castigo, “ya renunció” nos dicen cuando se destapa públicamente un negociado, entre miles de perlas que nos enteramos diariamente.
Sin embargo, aún peor que las torpezas y desaciertos de este Gobierno, parecieran ser las opciones de solución a través de un juicio político. En ese espacio de juegos políticos no confiamos que puedan plantearnos una estrategia que logre satisfacer las ilusiones del pueblo, más bien se trata de cambio de figuritas por otro de igual calaña, por tanto no estamos dispuestos a aceptar.
Entonces, tenemos respuestas a por qué queremos el juicio político, pero no encontramos respuestas satisfactorias en el para qué, por ello, asumimos posturas institucionales de respeto a las autoridades democráticamente electas, pero exigimos cambios estructurales dignos de nuestras expectativas.
-¿Qué aspectos debería priorizar el Gobierno en cuanto a la inmunización?
-Los temas más urgentes son la vacunación inminente y con claridad en la priorización de los grupos acorde a la vulnerabilidad, de manera transparente y auditada. No queremos encontrarnos con listas VIP versus los “comunes”, como ya hemos sido llamados.
Proponemos al Gobierno que se habilite un registro electrónico de empresas que se responsabilicen de asumir el costo de la compra y aplicación de las vacunas a sus colaboradores, a fin de disminuir el costo financiero al Gobierno, a la vez de agilizar la vacunación y ampliar el alcance a nivel nacional.
El Ministerio de Trabajo tiene registrados a los agentes de prevención en las empresas, quienes podrían ser capacitados sobre los protocolos a seguir en cuanto a logística, espacios adecuados y contratación de profesionales en enfermería para la manipulación y aplicación.
El Gobierno será responsable del manejo de la cadena de frío y custodia de las vacunas, nosotros ponemos: dinero para cubrir el costo de las vacunas, logística de transporte para llegar a los lugares de vacunación, abrir más vacunatorios (móviles y en las empresas) bajo la calendarización que corresponda.
Otro aspecto es la implementación de una fiscalización ciudadana con representantes del sector privado y del sector social que sean dignos de confianza por su impecable trayectoria.
-¿Cómo se debe proceder en el caso de la función pública?
-Una reforma inmediata de la Ley N°1.626 de la función pública. No podemos seguir manteniendo incoherencias donde claramente se observa que en nuestro país estamos clasificados como ciudadanos de primera y de segunda. Basta de privilegios.
Con esto no nos enfocamos solo en los que ganan mucho, sino en los miles de operadores políticos que ganan menos de G. 10 millones, pero que no trabajan, al contrario, crean burocracia y problemas para vendernos soluciones por su gestión, utilizando la estructura estatal para beneficios de sus partidos políticos y de sus intereses personales, incluso perjudicando a funcionarios públicos que son excelentes profesionales y se sienten humillados por las patéticas circunstancias en las que son señalados injustamente.
Otra medida necesaria es suspender o diferir la creación de cualquier nuevo ministerio, secretaría o institución pública, hasta una revisión completa de la composición del gasto público.
-¿Y en materia presupuestaria?
-Prohibir la firma de cualquier tipo de acuerdo o convenio que representen obligaciones en materia presupuestaria a futuro a toda autoridad, si el acuerdo o convenio no tiene previa autorización legislativa.
Y por último, una urgente revisión de la caja fiscal y que los ministerios deben ser misionales, es decir Salud debe atender los cuidados específicos de salud y Educación debe atender educación, ninguno de los dos ministerios pueden estar soportando gigantescas estructuras de construcción, equipamientos y compras en general, todo está lleno de ineficiencias y corrupción.
-¿Cómo impactan estos desequilibrios sanitarios y políticos en las empresas?
-La crisis sanitaria y económica van de la mano, en un ambiente de tanta incertidumbre mínimamente requerimos de estabilidad política para poder trabajar. Nosotros, emprendedores, comerciantes, profesionales independientes, empresarios queremos seguir trabajando, cuidando la vida.
Las manifestaciones ciudadanas son genuinas y absolutamente justificadas por el hartazgo de gobernantes inútiles y corruptos, sin embargo, la crisis política únicamente le interesa a grupos políticos que están tras sus contiendas usuales aprovechando el río revuelto, para pescar en su propio beneficio. Son más de lo mismo.
-El 2020 fue complejo para las empresas, ¿cómo visualizan este año?
-Cada rubro es distinto, depende de demasiados factores, pero el factor común es los costos elevados de producción por todos los inconvenientes propios de la crisis sanitaria, el aumento de la informalidad, el desempleo y el subempleo que se manifiestan en la falta de circulante en las calles mientras que se observa una enorme liquidez en el sistema bancario, este sinsentido económico se refleja en el aumento de inequidad porque bajan las transacciones, que son las que permiten una mejora en la distribución de la riqueza a través del empleo, de las compras, de los créditos y las inversiones
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