¿Cómo fue el proceso de la llegada de Nox a Paraguay?
Fue después de un estudio que hicimos, muy exhaustivo. Queríamos eliminar el riesgo de tener toda nuestra producción en China. Queríamos tener una fábrica boutique modelo, que nos sintamos orgullosos de ella sin tener interferencia de competencia. Esto en China es muy difícil porque en ese país hoy fabricamos muchas marcas, y cada vez que implementamos algo es muy fácil que la competencia inmediatamente tenga conocimiento de ello. Y queríamos que estuviera cerca de nuestras oficinas centrales en Barcelona.
En principio nos íbamos a Hungría, después de haber estudiado toda Europa, a los países con sus condicionantes, todo lo que nos podía perjudicar o mejorar la cuenta de resultados, y a nivel humano y demás. Pero luego vimos que no teníamos lo principal, que era la comunicación con el empleado. Nos dimos cuenta de que iba a ser muy difícil transmitir lo que queremos en una marca de lujo como la nuestra y que queremos transmitir el detalle y el sentido de la calidad extrema que nosotros queremos llevar a nuestros productos.
Iba a ser muy difícil hacer esto en inglés o en húngaro. Por lo tanto, decidimos hacer en países de habla hispana el mismo estudio que habíamos hecho en Europa. Aparecieron varios países dentro de las posibles, y con los atributos mayores. México, Paraguay, Brasil -como para hacer algo de maquila-, pero al final decidimos venir a Paraguay.
¿Cuáles fueron las razones para elegir a nuestro país?
Las condiciones que ofrece, sobre todo la Ley de Maquila, que ha sido algo que puntuó mucho en la decisión final. Y todas esas ayudas que hay -sobre todo de impuestos y demás-, la importación de materia prima, el gravamen para las exportaciones, que en otros países es bastante mayor.
Luego, la capacidad de captación de mano de obra. No necesitábamos una mano de obra muy cualificada, sino que fuera cualificable. Y en Paraguay existe una gran cantidad de mano de obra que se puede cualificar. Porque el paraguayo en general, por la historia, es muy “manitas”, está muy acostumbrado a hacer muchas cosas él solo, muchos son electricistas, fontaneros, te levantan un Durlock, hacen muchas cosas.
Son gente acostumbrada a trabajar mucho, en muchos casos, con las manos. En los 18 procesos que tenemos para que salga una pala, muchos de ellos exigen una cualificación, necesitas habilidades. Un masillador que da forma, un pequeño detalle, tiene que ser alguien que tenga esa habilidad. Y este es un trabajo tan manual y de detalle que nos parecía que podía ser un país muy apto para llegar algún día a ser muy productivo.
¿Puede hablarnos de la inversión?
Gastas e inviertes mucho tiempo en la formación de las personas. El coste de arranque que hemos planificado era de unos US$ 300.000 y ya hemos pasado US$ 1 millón. Aquí formamos a la gente con la materia prima y con todos los gastos operativos que lleva una producción en formación.
Empezamos a producir en enero de 2023 y hasta julio no salieron los primeros pedidos a los distribuidores. Estuvimos seis meses produciéndolo, y tirándolo todo, porque con el paso del tiempo hemos visto que han tenido algún problema. Y se han traído otra vez para destruir o se han destruido en destino. El proceso es duro. Quizá otras marcas hubieran sacado producciones al mercado de esa manera, pero nosotros lo teníamos muy claro, que saliera mínimo con un estándar de calidad que teníamos en nuestras fábricas de Asia.
¿Cuál es la capacidad de producción y a qué mercados proveen?
Esta fábrica podría llegar a fabricar 10.000 unidades en un solo turno al mes. Quizá en dos turnos podríamos estar hablando de unas 15.000 o 16.000 unidades. Hoy estamos produciendo hasta 3.000 unidades al mes, para todos los mercados. En Paraguay se producen modelos exclusivos, sólo se fabrican aquí y no en Asia. Con esta producción tenemos que cubrir los 70 países donde estamos: EE.UU., América del Sur, América Central, Europa, Asia.
¿Cuánto invirtieron hasta ahora? ¿Proyectan ampliaciones?
En Paraguay, a día de hoy, son US$ 3,5 millones. Todavía hay que invertir más, tenemos sitio para ampliar hornos y demás. Para llegar a 10.000 todavía tenemos que seguir invirtiendo en maquinaria. Vamos a ver cómo viene el mercado pero síi hay necesidades, la ampliación se podría hacer en ocho meses. Pero primero queremos asentar las 10 líneas que fabricamos y llegar a ser sostenibles en dos años.
¿Recomendaría invertir en Paraguay?
Estamos muy contentos de estar en Paraguay y animo a los inversores a que se lo piensen, que lo tengan en cuenta, que lo estudien, que no les de miedo Paraguay, que es un país muy sólido en estos momentos, estable económicamente; que analicen todas las ayudas que está dando el Estado a las inversiones, y con una diferencia muy importante con respecto a otros países. Y además, les digo que van a encontrar un país que lo mejor que tiene es la gente, acogedora y noble. Es importantísimo, una vez que ya estás en marcha, rodearte de este tipo de personas.
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