Cuando conocí personalmente a Puppa Careaga me sorprendieron dos cosas: su don de gente y su inteligencia. Con una simple conversación ella barrió de un plumazo mis prejuicios y entonces comprendí que era perfecta para esta serie de entrevistas, con las que queremos demostrar que con talento, pero sobretodo con planificación, esfuerzo y constancia, lo que nos apasiona hacer puede convertirse en un negocio de éxito.
¿En qué momento de tu vida decidís convertirte en bloguera de moda?
Hace dos años atrás vi que hacía falta este enfoque más profesionalizado. Yo trabajé mucho tiempo en publicidad y tengo esa escuela, así que vi ese nicho. La gente quería, pedía algo como esto. Entonces decidí aprovechar esa oportunidad siendo que afuera el blogging está recontra explotado ya, desde 2010 que existen blogueras más que consolidadas que han hecho verdaderos imperios de la moda. Hoy día las grandes marcas invierten más en este tipo de comunicación que conecta con la gente de una manera mucho más eficaz, porque es la era digital. Tengo muchos seguidores que me dicen que seguían a blogueras de fuera, porque acá no había y así me convertí en la primera bloguera de moda paraguaya.
¿Por qué la moda?
Porque me es natural. Siempre me vestí distinto, me gustaba jugar con eso. Pero nunca estuve tan consciente de lo mucho que me gustaba la moda hasta hace dos años atrás en que decidí trabajar en esto. Mi mamá siempre nos enseñó a rebuscarnos porque éramos familia numerosa, y en ese desafío de tener el presupuesto muy ajustado estaba el hecho de que me quería vestir bien. Mi mamá fue la que nos enseñó a vestirnos con estilo sabiendo elegir. Si hoy yo me dedico a la moda es en parte por eso. No me cuesta nada levantarme todos los días y armar outfits diferentes, pues siempre fue algo natural. Lo irónico es que yo nunca estudié moda.
¿Cómo fueron los comienzos? ¿Cómo llegaste a poder dedicarte exclusivamente a esto?
Los resultados nunca son inmediatos, siempre es un trabajo a largo plazo y justamente con esa visión largoplacista es que me metí en esto. Si querés hacer algo de manera profesional tenés que proyectarte de forma ordenada. Necesitás una estrategia, pasos para llegar a dónde querés. No es que yo tenga una fórmula mágica. Me fui haciendo en el camino, golpeando puertas, siendo profesional, ofreciendo algo muy bueno, atractivo, … Mi crecimiento se lo debo a la confianza de grandes marcas que apostaron desde el principio por mí. En el rubro de la moda te miden mucho por la imagen, si tenés criterio o no se nota enseguida. En todo lo que hacía, como me lo tomé muy en serio, en cada pequeña cosita, estaba muy atenta. Mis fotos de Instagram por ejemplo no son así no más… Al principio fue como una lucha, el tratar de que las marcas entendieran que yo no iba a aceptar hacer algunas cosas, que yo hacía este otro tipo de trabajo y fueron entendiendo. Lo lindo de este trabajo, y de lo que estoy muy agradecida, es que la gente me avala. Cuando yo digo que algo no va a funcionar, la gente misma se encarga de demostrarlo. Hay que empezar a trabajar para la gente y no subestimar más al consumidor.
Este es un trabajo de 24 horas…
Este trabajo es muy particular porque la gente quiere verte como sea, quiere saber de vos. Es un trabajo que se trata de tu vida y de lo que vos recomendás, de tu experiencia... Pero obviamente sos humana. Tenés días buenos y otros no tanto. Cuando tengo tiempo libre yo soy la que está ahí respondiendo, yo soy la que escribo. Ahora tengo un equipo que me ayuda con los detalles que me sacaban tiempo. Cuestiones administrativas, de facturación, cobranzas, también algunas producciones en las que yo me encargo de los conceptos creativos pero necesito ayuda técnica y operativa. Por suerte ahora ya tengo ese soporte.
¿Hay un límite entre Puppa Careaga y Miss Pirú? ¿cuál es?
Yo soy Miss Pirú, mi trabajo soy yo. Ya no hay más límites, mi vida también la comparto. Soy la misma persona de antes, siempre fui sincera y transparente. No hay personaje, pero en cuanto a cuestiones íntimas, sí hay límites, por ejemplo me encantaría compartir más cosas sobre mi familia pero no puedo exponerlos, ellos no lo han elegido así. También cuando me pasan cosas malas no quiero transmitir eso porque no corresponde, trato de ser siempre optimista, tampoco es que todo sea color de rosa, las veces que no he estado bien lo comento, pero con ciertos márgenes de privacidad. Y la gente entiende. Mis seguidores son amigos.
¿Cómo te sentís con tanta exposición?
Yo no la siento. Las personas que están alrededor mío sí. Cuando estoy con mis amigas ellas no comprenden por qué hago tantos posteos, y lo mismo mi familia. Pero yo cero estrés.
La gente piensa que ser famoso es muy fácil. Cuéntanos de todo ese trabajo que hay detrás de Miss Pirú.
Miss Pirú no es una carita linda nada más, las caritas lindas no se sostienen en el tiempo, para sostener esto necesitás herramientas, estrategias, metas, filosofía… porque de lo contrario puede desvanecerse. Y todo ese conocimiento se lo debo a mi exjefa, que ahora es mi amiga, Flo Parodi. Ella es estratega de marcas, de comunicación y trabajando con ella aprendí muchísimo y todo eso lo traje a mi negocio. Cada trabajo que uno hace suma si estás dispuesto a aprender de ello y te esfuerzas. Yo decidí que quería vivir de esto entonces tuve que preguntarme cómo lo hago. Primero necesité hacer una marca de mi blog, necesité hacerme conocida, mostrar lo que sé, ... Y todo eso lo aprendí con Flo Parodi. Ella es mi Sensei, le debo muchísimo.
Esto me trae a la pregunta ¿cuáles son tus referentes?
Florencia Parodi, en primer lugar. Ella es una estratega espectacular, me enseñó a asociar lo lógico con la creatividad. Y obviamente en temas de blogs, una mujer que me inspira muchísimo es Chiara Ferani, la bloguera n1 por excelencia.
¿Cuál es el estilo de Miss Pirú?
Transgresor. Me gusta ir un poco más allá, pero siempre con buen gusto. Me encanta mezclar colores, texturas, animarme siempre a más, porque es mi responsabilidad con la gente. No puedo yo vestirme así normal.
¿Cómo reaccionó tu familia cuando empezaste a hacer el blog?
Mis padres no me cuestionaron nunca. Sí mi padre se preocupó un poco cuando dejé mi último trabajo, pero nunca me tiró mala onda. Hasta que en algún momento empezaron a apoyarme. Yo no les tuve que convencer porque gente a su alrededor le empezaron a escribir para felicitarles por lo que estaba haciendo. Me sigue sorprendiendo cuando mi familia y mis amigas me cuentan de gente que yo no conozco que me sigue. Yo no estoy todavía consciente de eso y prefiero no estarlo del todo. Hay que creerse el cuento porque tengo que ser responsable de lo que les estoy diciendo, tengo que ser honesta, pero no creérselo es pisar siempre tierra y en eso no tengo problemas porque ligué mucho de chica. (risas).
¿En qué está trabajando Miss Pirú ahora?
Ahora estoy muy tranquila porque estoy consolidando un equipo de trabajo y necesito estar ahí, muy presente y cuando eso ya esté más organizado, y funcione perfectamente el engranaje empezaré a proyectar viajes de nuevo. A futuro, el blog es como una puerta a infinidad de oportunidades de negocios, no quiero adelantarme, sé que se va a ir dando de manera natural. Tengo muchas ideas de negocio, pero también entiendo que cada cosa a su tiempo. Paso a paso, primero es el blog, después se puede ir ampliando a una página de eCommerce, a un marca de moda, a colecciones cápsula con alguna firma conocida, un libro, una agencia de contenidos de moda, … Mi visión es hacerlo a nivel regional, desde PY pero con calidad internacional. Hacerlo como lo hacen los grandes.
Si tuvieras que mencionar los momentos más intensos de tu carrera ¿cuáles serían?
Las veces que estuve en Vogue Italia y en Vogue México, porque uno como que sueña no más, pero cuando pasa, no pensás que sea posible. Y fue una cosa de Dios, fue la primera vez que yo viajaba, yo pensaba que estaba demasiado sobrevestida, la ropa era muy bella (de Maxi Galeano) pero en parte yo tenía demasiada timidez, aunque por fuera no se notara. La ropa era muy arriesgada y por eso llamó la atención el vestido y el diseño al punto que de repente se formó una pared de fotógrafos y en ese momento te asustá,s pero no podes demostrarlo, porque trabajé tan duro por estar ahí, realmente me tomo mucho trabajo, sacrificio, es un estrés en algunos momentos. Trabajé tanto que no pienso arruinarlo por el miedo, me dije. Así que asumí y me pasó así también en México DF, con un diseño bellísimo de Tania Mencia.
Las siguientes preguntas las hicieron algunos de tus seguidores:
¿Qué edad tenés?
¡¿Por qué?! (risas) Las cuestiones numéricas no deberían preguntarse, peso, edad, altura… están prohibidas.
¿Cómo hacés para estar todo el tiempo espléndida?
Mi mamá desde chicas nos enseñó a arreglarnos. Desde los 12 me ponía delineador, después al hacerme más grande me ponía corrector. Yo tengo eso de no puedo salir sin arreglarme. ¿Cómo lo resuelvo todos los días desde que me dedico a la moda? Uso buenos productos de maquillaje, me maquillo yo sola, aprendí a hacerlo con Guillermo Fridman, que también me enseñó a peinarme sola. No obstante, semanalmente voy a Marie Carol a cuidarme y ponerme a punto. Mi trabajo tiene que ver con mi imagen y es en este lugar donde me miman.
¿Con qué marcas trabaja Miss Pirú?
Si no fuera por las marcas no haría lo que hago y es gracias a esa confianza y ese trabajo conjunto que esto se da. Es importante crear esos vínculos más allá del negocio, con la mayoría de clientes terminamos siendo amigos y hay esa confianza de decirles que algo no va a funcionar cuando así lo creo. Mi marca número uno es ALDO de Canadá, la mayoría de las marcas con las que trabajo son internacionales, porque tienen el sustento monetario. Me encantaría trabajar más con las marcas nacionales, pero están más limitadas en eso. Yo entiendo y respeto. Pero esto es un negocio y tiene que funcionar. También están GAP de Londres, Indian Emporium de Uruguay, Dudalina de Brasil, Lança perfume de Brasil. Y ahora con fragancias de Rochas y Lanvin (Francia).
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(MA)
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