¿Cuáles son algunos desafíos que tendrán desde la AFD a partir del 2021?
Estimamos duplicar el financiamiento de viviendas el próximo año porque creemos que es uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento, además nos enfocaremos en infraestructura, considerando su alto impacto en la generación de empleos. Continuaremos apoyando al sector de las mipymes y pretendemos apoyar proyectos de reforestación, eficiencia energética y desarrollo sostenible.
¿Se sienten conformes con la canalización de créditos lograda con la garantía del Fogapy?
El Fogapy tuvo su curva de aprendizaje durante este tiempo, a pesar de estar activo hace unos años. Tanto para nosotros como para las instituciones intermediarias (bancos, financieras y cooperativas) el fondo de garantías fue la forma más ágil de mitigar el riesgo de créditos de sectores como el de las microempresas. Cuando las entidades comenzaron a utilizar las garantías del Fogapy, el flujo del otorgamiento de créditos empezó a reactivarse. Hasta el momento se emitieron más de 18.000 garantías por un importe superior a US$ 312 millones, asociadas al otorgamiento de créditos de US$ 425 millones aproximadamente.
Estos números representan una generación o mantenimiento de más de 100.000 empleos. Aun así, pensamos que no es suficiente para paliar la demanda y por ello estamos gestionando destinar recursos provenientes del fideicomiso para el apoyo financiero a las mipymes y otras empresas, administrado por nuestra institución.
Al principio costó despegar para ubicar esos recursos, pero según datos oficiales en el segundo semestre se aceleró la canalización, ¿por qué se dio eso?
Estimamos que esto se debió a que las entidades financieras acomodaron sus operativas muy propias, para luego empezar a operar con normalidad, también debemos recordar que se modificó la Ley del Fogapy, lo que permitió una cobertura mayor al 90%. Es importante resaltar que la AFD, como banca de segundo piso, canaliza los recursos según la demanda de las entidades intermediarias.
Otro punto que pensamos ayudó bastante es la gestión de la AFD en medio de la pandemia. Para el mes de marzo y a principios de abril, asignamos recursos a través de los productos crediticios de reconversión de deudas y pro-reactivación, los cuales fueron diseñados exclusivamente para dar una pronta y efectiva respuesta a la situación económica por la que atraviesa el país.
Se barajó la posibilidad de realizar una reforma de la carta orgánica de la AFD, ¿sigue en pie?
Así es, de hecho, el Proyecto de Ley de modificación de la Carta Orgánica de la AFD ya fue remitido por el Poder Ejecutivo al Congreso en agosto y actualmente estamos a la espera de que pueda ser tratado por las diversas comisiones del Senado. Este proyecto es producto de un largo análisis técnico y busca adecuar a la AFD con las mejores prácticas internacionales de estructuración como banca de desarrollo, para dotarla de mejores capacidades y más instrumentos financieros, que le permitan cumplir con mayor eficacia su rol de promotor del crecimiento económico y generador de empleo, en un contexto económico y tecnológico que evoluciona a gran velocidad.
Flexibilizaron los créditos de productos como Mi Casa y Primera Vivienda, ¿cuál es el objetivo?
Creemos que la reactivación de la economía se dará por la dinamización de los sectores con mayor potencial como el de viviendas, atendiendo a la gran cantidad de paraguayos que aún no cuentan con la casa propia. Es por eso que tomamos la decisión de reducir la tasa a cifras históricas en el país. Estamos hablando de tasas finales de 6,90% hasta 30 años de plazo y lo bueno es que estamos recibiendo el apoyo de las entidades financieras intermediarias con las que operamos. Es por eso que para el 2021 tenemos como objetivo duplicar el número de viviendas a financiar.
¿Cuánto dinero proyectan ubicar dentro del sistema financiero para el 2021?
Para el año 2021 estimamos desembolsar aproximadamente US$ 308 millones en el sistema financiero.
¿Cuál es la clave para lograr el rebote en el 2021?
Todos los actores de la economía debemos aunar esfuerzos y trabajar coordinadamente para zanjar cualquier brecha que pudiera existir y ser agentes de cambio. Es momento de reinventarnos y de acompañar a aquellos sectores que necesitan apoyo, solo de esa manera podremos hacerlo.
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