Desde la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), el gerente general, Fernando Lugo López, destacó el Fondo de Garantía para la Educación (Fogae), orientado a estudios en el extranjero, y PROEDUC, que financia estudios a nivel local e internacional, incluyendo tecnicaturas.
A nivel mundial, la disponibilidad de préstamos educativos por parte de entidades financieras varía considerablemente entre países. En términos de volumen y accesibilidad, países como Estados Unidos y el Reino Unido prevalecen en la implementación práctica. Mientras que a nivel regional en Brasil existe un fondo que data de 1999, en Argentina también existen opciones, así como en Chile, con el Fondo Solidario de Crédito Universitario.
El objetivo de muchos jóvenes paraguayos es continuar sus estudios, ya sea a nivel local o con una especialización en el exterior. En muchos casos, combinar trabajo y estudio es la única manera de salir adelante, mientras que, en otros, son los padres quienes asumen el costo de la formación. Sin embargo, no todas las familias cuentan con las condiciones financieras para acceder a un crédito. Ante esta realidad, el Fogae surge como una herramienta que facilita el acceso al financiamiento educativo.
“Uno de los principales desafíos es poder acceder al crédito. Normalmente, si yo tengo entre 20 y 22 años, mi foco debería ser poder estudiar. Frente a esta situación, el Fondo de Garantía del Paraguay cumple un rol fundamental: funciona como un puente para viabilizar estas operaciones dentro del marco regulatorio financiero que tenemos en el país”, explicó Lugo López.
El Fogae surgió como una solución para quienes no cuentan con garantías propias para acceder a un crédito educativo. Bajo el paraguas del Fondo de Garantía del Paraguay, que ya incluye líneas para mipymes y mujeres emprendedoras, esta herramienta busca facilitar estudios de grado o posgrado en el exterior.
Este fondo permite respaldar no solo los costos académicos, sino también los gastos asociados, como materiales, alquiler, manutención y proyectos finales. Está especialmente pensado para jóvenes que, al no contar con activos a su nombre ni redes de apoyo sólidas, encuentran barreras para acceder al crédito. El Fogae actúa como un puente para viabilizar estos préstamos dentro del marco regulatorio vigente.
Si bien no se ha establecido un objetivo específico en cuanto a la cantidad de beneficiarios, el Fogae cuenta con un capital de US$ 5 millones, con la capacidad de apalancarse hasta cinco veces su tamaño.
“Como mínimo, nos gustaría que al menos el 50% de las operaciones que se lanzan dentro de PROEDUC puedan estar acompañadas por la garantía. Ese es un objetivo que tenemos para este año”, afirmó el gerente de la AFD.
De enero a febrero de este año, las aprobaciones de créditos para la educación vía AFD fueron por un valor de US$ 97.981, mientras que la cantidad de beneficiarios fue de ocho.
PROEDUC para entidades financieras
El programa PROEDUC, por su parte, es el producto crediticio de la AFD que otorga las condiciones financieras necesarias para la concesión de créditos educativos. A través de este instrumento, bancos, financieras y cooperativas pueden ofrecer préstamos con plazos extendidos y períodos de gracia adaptados a las necesidades del estudiante. PROEDUC financia tecnicaturas, carreras de grado y posgrados, tanto en el país como en el extranjero.
Las condiciones varían según el tipo de estudio. Para tecnicaturas y carreras de grado, el monto máximo a financiar es de US$ 5.000 o su equivalente en guaraníes, con un plazo de hasta cinco años y un período de gracia de hasta dos años y medio. En el caso de estudios de posgrado en el exterior, el monto puede alcanzar hasta US$ 100.000, con un plazo de hasta 10 años y medio y un período de gracia de dos años y medio.
¿Cómo funciona?
Ahora bien, ¿cuáles son las diferencias entre ambos y cuál es el papel de cada uno? Las instituciones financieras, al otorgar un crédito, deben cumplir con ciertos estándares regulatorios y realizar un análisis de riesgo, el cual suele requerir garantías por parte del solicitante. Sin embargo, muchos estudiantes no cuentan con bienes a su nombre ni con ingresos estables, lo que representa una barrera importante para acceder a financiamiento educativo. En este contexto, el Fogae cumple un rol al actuar como garante de las operaciones crediticias, permitiendo su aprobación ante la falta de garantías propias del solicitante.
Por otro lado, el programa PROEDUC ofrece condiciones específicas de financiamiento que las entidades financieras no siempre pueden cubrir por sí solas, como plazos de largo alcance y períodos de gracia. Este producto permite financiar estudios en el exterior con plazos de hasta 10 años y 6 meses, además de contemplar un período de gracia durante el cual el estudiante solo paga intereses.
Finalizado ese período, por ejemplo, tras una maestría o posgrado en el extranjero, el beneficiario comienza a abonar el capital del préstamo. De esta manera, PROEDUC brinda un respaldo financiero flexible y adaptado a las necesidades del estudiante.
“Entonces, mientras yo estoy estudiando, voy a estar pagando mis intereses y no el capital. Se supone que, a los dos años y seis meses, si estoy haciendo un posgrado o una maestría en el exterior, ya voy a terminar, voy a volver al país y ahí empiezo a pagar el capital del préstamo”, añadió Lugo López.
El Fogae fue lanzado oficialmente en noviembre del 2024, por lo cual uno de los principales objetivos para este año es dar a conocer esta herramienta y su utilización por parte de los clientes que necesiten garantías adicionales.
A nivel local, las entidades financieras que trabajan con este producto son: Zeta Banco, Banco GNB, Itaú, Banco Familiar, Banco Continental, Sudameris, Bancoop, Banco Atlas, Interfisa Banco, Banco Nacional de Fomento (BNF), ueno, Solar Banco, Banco Rio, Banco Basa. Entre las financieras se encuentran Financiera Paraguayo Japonesa, Tu Financiera y Financiera FIC.
Desafíos
Para Yan Speranza, rector de la Universidad San Ignacio de Loyola (Usil) y presidente de Juntos por la Educación, el país no cuenta con un sistema de créditos desarrollado como existe en otros países. Este tipo de instrumentos permite a los jóvenes acceder masivamente a la educación superior, con esquemas que contemplen periodo de gracia hasta que el estudiante comience a generar ingresos.
“Hay un periodo de gracia que tiene que ser bastante importante, por lo menos cuatro años. Eso es lo que el sistema financiero no tiene, ese tipo de instrumentos, probablemente lo consideren de muy alto riesgo. Eso es lo que podría venir a funcionar con un fondo de garantía como el que tiene la AFD, y que eso de alguna manera sirva para que los bancos puedan calzar esta cuestión financiera. Pero eso parece que no está ocurriendo, entonces ese es el gran problema”, expresó.
Actualmente, los créditos bancarios para estudios son más accesibles en el caso de programas de posgrado, como maestrías, ya que los solicitantes suelen tener ingresos y empleos estables, lo que facilita el análisis de riesgo por parte de las entidades financieras.
Panorama regional
En Brasil, el principal programa es el Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIES), establecido en 1999. Este fondo financia la educación superior en instituciones privadas, permitiendo que estudiantes de bajos ingresos accedan a préstamos con tasas de interés subsidiadas. En Argentina, aunque la educación universitaria pública es mayoritariamente gratuita, existen opciones de financiamiento para estudios en instituciones privadas o para gastos asociados: Banco Santander Río ofrece préstamos que permiten financiar la totalidad de una carrera universitaria. Así también Banco Ciudad brinda préstamos con tasas subsidiadas, dirigidos a estudiantes mayores de 18 años que cursan su primera carrera de grado.
Por su parte Chile cuenta con varias opciones, uno de ellos es el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU), dirigido a estudiantes de universidades tradicionales, cubre parte o la totalidad del arancel de referencia. Además, se encuentra el Crédito con Garantía Estatal (CAE), disponible para estudiantes de instituciones acreditadas y adscritas al sistema, financia parcial o totalmente el arancel de la carrera.
En Estados Unidos, el mercado de préstamos estudiantiles es amplio y diverso, incluyendo tanto préstamos federales como privados. Según datos recientes, la deuda total por préstamos estudiantiles asciende a aproximadamente US$ 1.77 billones, de los cuales alrededor del 7,2% corresponde a préstamos privados.
En el Reino Unido, los préstamos estudiantiles son una parte integral del sistema de financiamiento educativo. Los estudiantes suelen acceder a préstamos respaldados por el gobierno para cubrir matrículas y costos de vida, resultando en deudas promedio superiores a US$ 54.000 al graduarse.
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