En conversación con InfoNegocios, Oliver Stanley, miembro del consejo directivo de Caprivi, explica que esta es “la primera experiencia formal del Estado paraguayo que permite a los residentes en el exterior comprar una vivienda con crédito hipotecario en Paraguay”. La diferencia con el pasado es clave: antes, el paraguayo que vivía afuera solo podía comprar de manera informal, vía remesas o acuerdos privados. Ahora, por primera vez, existe un programa estatal con requisitos claros, filtros crediticios y una plataforma donde elegir proyectos habilitados.
Desde esta semana, los connacionales podrán ingresar a la plataforma de Che Róga Porã para seleccionar proyectos, conocer precios y pasar por una preaprobación crediticia que determinará el monto máximo posible. Los requisitos incluyen demostrar ingresos recurrentes durante 12 meses (ya sea salario en EE.UU. o remesas enviadas) y ser paraguayo. El rango actual del programa va de 1 a 6 salarios mínimos, aunque Stanley adelanta que este parámetro se está revisando para adaptarlo a los niveles salariales de los migrantes, que son sustancialmente mayores a los del mercado local.
La misión oficial incluyó encuentros con el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), el embajador paraguayo Gustavo Leite, desarrolladoras nacionales y autoridades locales. En cada ciudad visitada, las reuniones con la comunidad paraguaya permitieron despejar dudas sobre requisitos, montos financiables y tipos de proyectos disponibles. “Queremos que cualquier paraguayo —sin importar dónde viva— tenga la oportunidad real de acceder a su primera vivienda”, remarca Stanley.
El sector inmobiliario también ve esta apertura con buenos ojos. Raúl Constantino, presidente de la Cámara Paraguaya de Desarrolladores Inmobiliarios (Capadei), destaca la reciente mejora del monto máximo financiable del programa: pasó de G. 521 millones a G. 609 millones. Con este aumento, el crédito empieza a calzar mejor con la estructura de precios de los proyectos desarrollados por empresas asociadas. “Es una muy buena señal; veníamos pidiendo actualizar el monto para que no quede corto frente a la oferta disponible”, sostiene.
Además, Capadei prepara una lista de propiedades que pondrá a disposición del MUVH para que evalúe cuáles pueden integrarse al programa. Constantino insiste en que la política habitacional debe tener alcance universal y no limitarse a un segmento del mercado: “El Ministerio de la Vivienda tiene que atender a todos los paraguayos —clase media, baja y alta— con mecanismos que permitan acceder a una vivienda propia”.
Si bien se habló de un eventual plan Che Róga Porã – Dos Centros para impulsar la revitalización del microcentro de Asunción, Stanley aclara que todavía es un proyecto en análisis. Por ahora, el foco principal es consolidar el acceso para los paraguayos en el exterior y avanzar luego hacia España, Argentina y otros países donde reside una parte significativa de la diáspora paraguaya.
Para los compatriotas que viven en EE.UU., la oportunidad es doble: invertir en una propiedad en su país de origen y, al mismo tiempo, ofrecer una solución habitacional a sus familiares. Según Caprivi, las consultas ya aumentan y el interés crece a medida que se difunden los requisitos y opciones disponibles.
La apertura del programa al exterior marca un cambio significativo en la política habitacional del país. Aporta un esquema formal, con reglas claras y financiamiento accesible, que permite transformar remesas en patrimonio. Para un segmento que históricamente estuvo fuera del radar de los programas estatales, esta iniciativa representa —por primera vez— una puerta de entrada real al sueño de la vivienda propia.
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