La actividad que se realizará del 14 al 17 de noviembre involucra a todos los sectores de la comunidad, para reflejar la identidad de la ciudad y aglutinar una imponente cantidad de visitantes que ayuden a dinamizar la economía con sus compras, mencionó Ramírez.
“Por experiencia, tenemos un aumento de entre 5 a 20 veces en el movimiento de personas, en actividades similares. Sobre el flujo, todos los días llegan unas 20.000 personas aproximadamente a la ciudad, por distintos motivos, no solamente por compras. Entonces esperaríamos entre 100.000 a 400.000 personas, como resultado de la actividad”, adelantó.
Los comerciantes ven al Black Friday como una oportunidad ante el descenso en las ventas anuales, “permitiría al sector comercial vender sus productos disponibles y al sector de servicios apoyarse en el gran flujo de visitantes, para satisfacer la demanda del momento”, complementó.
A diferencia de las ediciones anteriores del Black Friday, de acuerdo a Ramírez, este año habrá un enfoque general, porque están trabajando con cuatro mesas de gestión, compuestas por empresarios, equipos de marketing, autoridades municipales y gubernamentales, empresas de servicios y asociaciones civiles. Se encargarán de organizar aspectos como promoción, horarios, seguridad, actividades, descuentos, entre otros.
Cierre
Sobre la cantidad de empresas que cerraron en los últimos tres años, Ramírez afirmó que “es complicado insinuar una cifra exacta, porque así como algunas cierran, otras reducen sus espacios físicos, otras son vendidas a grupos empresariales e incluso otras empresas abren a pesar del contexto actual”.
No obstante, a finales de abril de este año, Said Taiyen, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Ciudad del Este, dijo que en los últimos tres años, la recesión se sintió en esta ciudad, a tal punto que cerraron unas 500 empresas.
“Por lo que veo, hay una reducción en los espacios físicos de las empresas, es decir, no cerraron, pero sí se achicaron”, reconoció.
Cota
Sobre el aumento a US$ 500 dólares para la compra de productos (vía terrestre) y US$ 1.000 (vía aérea), el empresario expresó que es una excelente noticia para el comercio fronterizo.
“Esto permitirá dinamizar el flujo de pasajeros que circulan entre los puntos fronterizos, y repercutirá positivamente en el ámbito fluvial o terrestre”, declaró.
Tasas
El pedido de reducción de aranceles impositivos para la importación es un pendiente, agregó. “Si bien se hizo algunos ajustes, no eran precisamente sobre productos dirigidos al turismo, más bien eran ajustes de aranceles para productos relacionados a las industrias”, aclaró.
De acuerdo a Ramírez, algunos de los segmentos que deben tener una tasa única son los de: electrónica de consumo, teléfonos inteligentes, bebidas, maletas y accesorios de viajes, perfumería e indumentaria (especialmente de marcas lujosas).
Para concluir, Ramírez dijo que no buscan perjudicar a las industrias nacionales con esta solicitud, y que están abiertos al diálogo para encontrar las mejores soluciones.
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