Oliver Gayet, presidente de la Asociación de Restaurantes de Paraguay (ARPY), manifestó que lo positivo es contar con una fecha concreta para el retorno de las actividades y tener un protocolo de seguridad aprobado por las autoridades sanitarias. Los locales gastronómicos volverán a abrirse al público desde el lunes 15 de junio, con el inicio de la fase 3 de la cuarentena inteligente.
“Los puntos centrales del protocolo guardan relación con las medidas de distanciamiento físico, con la reducción de un 50% de la capacidad del local, con la utilización obligatoria de las mascarillas, con que las mesas no estarán montadas como antes y tendrán una capacidad máxima para seis personas y un par de acciones más. Todo esto ayudará a mitigar enormemente cualquier tipo de riesgo", afirmó Gayet.
De acuerdo a Gayet, el miércoles 27 a las 16:00 darán a conocer el protocolo final, que está un 95% aprobado, a través de las redes sociales de la ARPY.
Hasta el momento, los locales gastronómicos podrían operar con el servicio de entregas a domicilio y con el servicio de retiro del pedido (más conocido como take-away), pero ahora también los sitios que ofrecen buffet podrán recibir a los comensales en sus espacios, con los cuidados preventivos requeridos, de acuerdo a Gayet.
"El sistema de delivery y take away seguirá teniendo un gran movimiento. La apertura de las puertas no significa que las personas irán masivamente a los sitios gastronómicos, pero esto permitirá que cada uno pueda elegir qué tipo de servicio prefiere", señaló el presidente de la ARPY.
Durante esta cuarentena, el promedio de los restaurantes que abrieron en estos formatos (un 40% de los asociados de ARPY) facturaron un 15% de su movimiento mensual. “Con el cierre de todos los restaurantes del país, se dejó de facturar unos US$ 300 millones, y esta cifra es vital para un sector que emplea a unas 60.000 personas”, subrayó Gayet.
Por otra parte, Juan Grassi, vocero de la Asociación de Gastronómicos y Afines del Paraguay (AGAPY) comentó que con el reciente permiso para los locales y con la confirmación de la fecha de reapertura, “se incentivará el movimiento y se permitirá seguir manteniendo la cadena de pagos y resguardar los puestos de trabajos”.
En el caso de su comercio − La Tarantella− Grassi afirmó que en un salón con capacidad para 100 personas, aumentarán la distancia entre las mesas y se tendrá una capacidad máxima de 40 personas. Esto les permitirá volver a las actividades con cierta normalidad y los cambios en la estructura o funcionamiento se irán adecuando al comportamiento de los usuarios.
"Incluso el volumen de trabajo no será el mismo y con eso se tendrá que reestructurar los esquemas de trabajo manejados anteriormente. En este momento tenemos que estirar el carro entre todos, tanto desde el sector público como el privado, si realmente se fortalece esta unión, nadie queda afuera y todos salimos beneficiados", reconoció Grassi.
Por otra parte, Grassi resaltó que esta situación es ideal para la formalización de los negocios gastronómicos. A su criterio, con esto tendrán acceso a créditos con tasas preferenciales y a formar parte de los gremios que representan al sector.
"Si todos no hacemos el esfuerzo, no servirá de nada que un restaurante en Carmelitas o Villa Morra aplique todas las normas de seguridad y un local enfrente a estos incumpla los protocolos de seguridad establecidos. Es cuestión de tomar conciencia y pensar que nos necesitamos entre todos para salir de esta", declaró Grassi.
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