Un comentario recurrente hoy en día es acerca de la proliferación de farmacias. Si en un pasado no tan lejano los locales tradicionales ocupaban la preferencia del cliente, porque eran la única opción, en la actualidad las cadenas están copando el negocio. Y vienen de la mano de una asociación con puntos de venta que nada tienen que ver con ofrecer medicamentos.
“La gente hoy prefiere a las farmacias que pertenecen a cadenas por los estándares de atención que ofrecen. Apostamos a la tecnología, y en nuestro caso somos la primera que incorpora robots en la atención en algunas sucursales”, manifestó Héctor González, gerente de punto de venta de Punto Farma.
Las cadenas apuntan a que los consumidores encuentren en cada local, además de medicamentos, artículos de perfumería, pañales, papel higiénico, productos básicos como desodorantes, toallitas y, más acá en el tiempo, productos de dermocosmética.
La asociación de farmacias con supermercados y estaciones de servicio se convirtió en el modelo preferido de las cadenas, y si bien se puede decir que existe un empate técnico entre las opciones mencionadas, hoy claramente la unión con las tiendas grandes está llevando la delantera.
¿Dónde prefiere comprar el consumidor? “No hay un clúster que crezca más que otro. Una misma persona puede ser un cliente de diferentes clústeres: si sale de un hospital busca una farmacia para cierto tipo de compra; cuando lo hace de un supermercado busca otra clase de producto; y lo mismo pasa con quien va a una estación de servicio. Tiene que ver mucho con la costumbre del cliente, hay público para cada sector. Las estaciones de servicio tienen un tipo de consumidor, y los hospitales, los supermercados, otro”, señaló González.
Ahora se suma otra opción, la de Biggie, que aprovechará el tráfico de clientes que genera su red de tiendas de conveniencia para instalar su propia versión de farmacia. Esta alternativa ofrecerá locales más pequeños que el de las cadenas.
En este escenario ¿desaparecerán las antiguas farmacias de barrio? Según González es posible que baje el número de ellas, al menos en la capital y alrededores, pero se mantendrán fuertes en el interior, donde existen farmacias locales muy bien posicionadas de cara al consumidor. Lo que también va a suceder, y ya es un hecho, es que se actualicen y se adecuen a lo que ofrecen las grandes cadenas.
“Nuestra estrategia es estar cerca del consumidor para que tenga accesibilidad a los productos. Los call centers y las páginas hoy tienen más tráfico, y los clientes se acercan tanto por los canales presenciales y por los no presenciales”, remarcó.
En la actualidad hay centros logísticos manejados por robots, locales que manejan el surtido farmacológico también a través de robots. La apuesta y la tendencia es seguir incorporando tecnología. “De ahí nace la necesidad de tener locales amplios, que el cliente tenga múltiples opciones y que no sea específicamente productos farmacológicos”, destacó González.
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