Al frente del proyecto está Nobuyuki Furukawa, un joven diseñador e ilustrador que decidió transformar su pasión por los pines en un emprendimiento con identidad propia. Todo comenzó con Rebel, una tienda de venta de pines basada en referencias de la cultura pop internacional, ya sea de películas, series y personajes reconocidos. Sin embargo, algo le hacía ruido, porque si bien los productos eran atractivos, no representaban al Paraguay ni a sus símbolos cotidianos, en su opinión lo que faltaba era personalizarlos.
Fue así como nació el emprendimiento, desprendiéndose de alguna manera de Rebel, para convertirse en una marca con voz propia. Su primer kit de colección original, bautizada como “Random”, incluyó íconos entrañables del día a día paraguayo como lo son la empanada, el tereré, y hasta una vereda del centro. La colección se agotó rápidamente, y es así como reconfirmó la intuición principal, del mercado y emoción por objetos que reflejen la idiosincrasia paraguaya.
Aunque el diseño y la creatividad son netamente locales, la producción aún se realiza en el exterior. Furukawa explicó a infoNegocios que al principio intentó fabricar los pines con proveedores paraguayos, pero no logró alcanzar ni la calidad deseada ni precios que permitan que el producto sea accesible. Hoy trabaja con fábricas de Estados Unidos, China y Brasil, lo que le permite mantener estándares altos y precios accesibles para sus clientes.
La inversión inicial para poner en marcha el proyecto osciló entre G. 5 y G. 10 millones, y a pesar de ser una apuesta modesta al comienzo, el emprendimiento se fue moldeando y actualmente se plantea nuevos desafíos, como escalar en producción, fortalecerse digitalmente y colaborar con marcas y entidades locales, ya sean del sector privado como público, como con la Senatur, por ejemplo.
Actualmente, entre sus clientes ya figuran empresas de renombre, que utilizan los pines como merchandising interno o institucional. Además, ofrece producciones personalizadas, con cantidades mínimas de 100 unidades y precios que arrancan en G.25.000 a G. 30.000 por unidad. Sin embargo, cuando hablamos de producciones mayores, los costos se reducen considerablemente, llegando incluso a G. 12.000 por pin. Sin dudas, este negocio combina pasión de diseñar y crear, pero también es el ejemplo de cómo se puede plasmar una idea sencilla con identidad nacional para llegar a tener un alto impacto comercial.
Tu opinión enriquece este artículo: