Del 7 al 9 de mayo, en la ciudad de San Bernardino, se celebró el Encuentro Anual de la Red Azúcar de CLAC (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo), donde representantes de países como Costa Rica, Belice, El Salvador, Ecuador, República Dominicana y Alemania debatieron sobre el presente y el porvenir del sector. En el centro de la discusión estuvo la situación de Paraguay y la urgente necesidad de una legislación que brinde sostenibilidad a una actividad vital para miles de familias.
Ramona Vargas, presidenta de la Coordinadora Paraguaya de Productores de Comercio Justo, expresó con claridad los desafíos que enfrenta el rubro cañero. “Lo primero es que el rubro no desaparezca, porque potencialmente ya no es sostenible como medio de vida para los cañicultores. Si se aumenta la productividad y especialmente se puede mantener el perfil orgánico, existen posibilidades reales tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea”, señaló.
Actualmente, casi cinco departamentos del país dependen en gran medida de la caña de azúcar como base de su ocupación agrícola. Esto convierte al sector no solo en un motor económico, sino también en un elemento clave de cohesión social en comunidades rurales. Sin embargo, esta importancia no se traduce aún en políticas públicas robustas.
Vargas subrayó que uno de los principales obstáculos para el desarrollo del rubro es la falta de una ley que habilite una verdadera gobernanza productiva e industrial. “Hoy el sector no tiene institucionalidad, y sin institucionalidad no se puede planificar a largo plazo. Y sin planificación no hay mercado, no hay permanencia ni posibilidad de ampliación”, indicó.
El valor del azúcar orgánico paraguayo creció considerablemente en los últimos años, especialmente en mercados exigentes como la Unión Europea, donde nuevas normativas en materia de producción orgánica imponen estándares aún más rigurosos. Para Vargas, esto es una oportunidad, pero también un llamado de atención.
“Ya no estamos hablando solo de ampliar nuestra presencia, sino de mantenerla. Y para mantenerla, necesitamos trazabilidad, datos confiables y planificación. Eso solo puede garantizarlo una ley que le dé al rubro el nivel que se merece”, sostuvo.
Además, la representante recordó que, si bien Paraguay lidera en exportación de azúcar orgánica, la legislación debe contemplar también la producción convencional y sus derivados. “La ley no solo debe proteger lo que ya se logró, sino también proyectar el crecimiento de todo el sector cañero en sus distintas modalidades”, agregó.
Durante el evento en San Bernardino, se destacó también el potencial aún no explorado del mercado asiático. Vargas mencionó que esta región representa una gran oportunidad para la caña paraguaya, pero que sin una base institucional sólida, será difícil conquistar nuevos destinos comerciales.
Los principales mercados de la caña de azúcar paraguaya son: EE.UU., UE, Reino Unido, Alemania y Corea del Sur. Actualmente la promulgación de la ley exigida por los cañeros está pendiente y depende de la decisión de Santiago Peña.
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