En su conjunto, se prevé que América Latina y el Caribe crezca este año en 2,2 %, lo que implica una corrección al alza del crecimiento esperado en abril de este año, cuando se estimó un 2,0 % para el presente año.
“Estamos ante un escenario de crecimiento sobre crecimiento”, explicó Pavón. Esto significa que la expansión económica de este año no parte de una base debilitada, sino que se apoya sobre los buenos resultados obtenidos en 2024. Con sectores como la agricultura, la ganadería, la construcción, la manufactura y los servicios mostrando señales de dinamismo, la economía paraguaya se fortalece y diversifica.
De este modo, Paraguay se ubica entre los países de mejor desempeño económico para el presente año, solo por detrás de Argentina, que se espera tenga un crecimiento del 5% al finalizar el 2025. Otras economías subregionales tendrán desempeños positivos, aunque más moderados: se espera que Brasil crezca un 2,3%, Colombia 2,5%, Chile 2,4%, Uruguay 2,8%, Perú 3,1%, Ecuador y Bolivia 1,5%, y Venezuela 2%.
Uno de los catalizadores esenciales de este impulso, según Pavón, fue la normalización de las condiciones climáticas, especialmente luego de periodos marcados por sequías y bajantes de ríos que afectaron la logística fluvial. “Hace unos meses, muchas mercaderías llegaban solamente hasta Pilar. Hoy, la navegación fluvial está prácticamente normalizada, lo que permite una mayor eficiencia en el comercio exterior”, destacó.
Otro factor de peso es la movilización de capitales a través de las obras públicas y privadas. Pavón mencionó que la construcción sigue consolidándose como motor de crecimiento, pero advierte que su financiamiento excesivo vía deuda pública podría representar un riesgo en el mediano plazo.
La imagen de Paraguay como un país atractivo para la inversión internacional se ha consolidado en los últimos años. Esto se debe, según el economista, a la estabilidad macroeconómica sostenida, un activo escaso en la región. “Paraguay ya tiene desde hace varios años algo que muchos países desean: previsibilidad. Y eso se refuerza con un gobierno que priorizó el cuidado del entorno económico”, indicó.
Por otro lado, Pavón plantea con énfasis la necesidad de contener estructuralmente el endeudamiento público, que ya alcanza el 41% del PIB. “Si bien las obras públicas son necesarias, este nivel de endeudamiento amenaza con socavar la estabilidad fiscal”, alertó.
La solución, según su visión, está en fortalecer las Alianzas Público-Privadas (APP), permitiendo la participación del sector privado en proyectos de infraestructura. “Esto no solo reduce la carga del Estado, sino que puede acelerar el desarrollo sin aumentar el déficit fiscal”, afirmó.
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