“Actualmente elaboramos unos 20 litros de kéfir al día”, afirmó la profesora y chef, licenciada en nutrición y catedrática universitaria. La propietaria comentó que la iniciativa surgió tras haber comprobado por sí misma las propiedades terapéuticas que se le atribuían a este producto.
La nutricionista recordó que antes del kéfir ya comercializaba otros productos alimenticios, por lo que la iniciativa no le requirió una alta inversión “Me habían regalado los nódulos (microorganismos) cuando yo estaba muy enferma, empecé a consumir el kéfir y note que me iba haciendo cada vez mejor”, aeguró.
“Decidí que si a mí me hizo tan bien, quería que a otras personas también les haga bien. Empecé a consumir en el 2018, pero el emprendimiento arrancó en el 2019”, señaló.
La misma adquirió los nódulos de España, pero el producto originario del Cáucaso. Fue el científico Ilya Metchnikoff, del Instituto Pasteur, quien le atribuyó propiedades antiaging por la longevidad y la vida saludable de la población de las montañas del Cáucaso.
Un producto en alza
Gubler dijo que inicialmente vendía el kéfir en frascos de café, pero hoy en día están en tiendas como La Marchante, Las Emilias, Ser Sano y Al Grano Dietética, con una gran aceptación entre las personas que conocen sus propiedades.
“El diferencial del producto para mí es la calidad y el control que hago del mismo, porque hay que saber, tenés que tener criterio y saber de bioseguridad para realizarlo”, explicó la profesional.
Indicó que el consumo de este producto está en alza ya que se comercializa en Europa, en Asia, en Brasil y en Argentina, Uruguay, Chile y faltaba Paraguay.
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