La gerente general de Lido Bar, Sigrid Förster, comentó que la decisión de expandirse hacia San Lorenzo responde directamente al clamor de sus clientes. “Nos sentimos muy agradecidos por el cariño que el público nos demostró en todos estos años, y sabemos que muchos de nuestros clientes de San Lorenzo nos pedían una sucursal más cercana. Escuchamos esas solicitudes y finalmente logramos hacer realidad este proyecto”, expresó Förster.
El nuevo local contará con un solo piso y tendrá aproximadamente 350 m2 de superficie, divididos en tres ambientes distintos. En cuanto a la capacidad de atención y el personal, Förster adelantó que el restaurante empleará a alrededor de 25 trabajadores, con el fin de brindar un servicio eficiente y de calidad, en línea con la tradición del Lido Bar. “Estamos comprometidos con generar empleo y aportar a la economía local. Queremos que nuestra sucursal en San Lorenzo sea un espacio donde los visitantes se sientan en casa”, añadió.
La historia del Lido Bar comenzó en 1953, cuando abrió sus puertas en el centro de Asunción. Desde entonces se mantuvo como un referente de la gastronomía paraguaya, conocido especialmente por sus tradicionales sopas y empanadas. Su popularidad le permitió expandirse de forma constante, con la apertura de un local en Villa Morra y ahora este tercer establecimiento en San Lorenzo.
El restaurante sigue explorando nuevas oportunidades de crecimiento. “Estamos evaluando otras ciudades y creemos que en el futuro cercano podríamos tener más sorpresas para nuestros seguidores”, indicó Förster. Esta expansión no sólo muestra el éxito de la marca, sino también su adaptabilidad a los cambios en el mercado y su compromiso con el público paraguayo.
Para esta nueva apertura se estima que la inversión fue significativa, aunque no se divulgó un monto exacto. Con la inauguración, Lido Bar demostró que están dispuestos a seguir trabajando en el negocio gastronómico, después de las dificultades que supuso mantenerse en su tradicional ubicación, con un elevado precio de alquiler, que los obligó a trasladarse en diagonal a la Catedral de Asunción.
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