“Desde su nacimiento, la ciencia de la estadística surge del propio concepto de Estado: significa conocer el estado del Estado”, explica Iván Mauricio Ojeda Aguilera, director nacional del INE. “Hoy, constituye la base, los cimientos de cualquier decisión informada. Tomar decisiones a partir de la evidencia científica lleva a tener decisiones más efectivas y eficientes, y ni qué decir en las políticas públicas”, agrega.
Ojeda recordó que la historia de la estadística ha pasado por distintas etapas: las económicas tras la Segunda Guerra Mundial, las sociales en los años 70 y las medioambientales a partir del nuevo milenio. “Actualmente vivimos un momento interesante en la evolución de las estadísticas, y ni qué decir para el Paraguay”, destacó.
El director remarcó que la estadística oficial del país se consolidó con la Ley N° 6670 del año 2020, que modernizó el sistema estadístico nacional y dio origen al actual INE tras su transformación de la anterior Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC). “Esa ley fue un punto de inflexión. A partir de ella se construyó la Estrategia Nacional de Desarrollo Estadístico, que es el consenso de todos los actores públicos sobre hacia dónde queremos llevar la estadística en los próximos diez años”, detalló.
Hoy, Paraguay cuenta con un Sistema Estadístico Nacional fortalecido, que articula el trabajo de distintas instituciones públicas. “Tenemos un censo de población y viviendas de altísima calidad validado por organismos internacionales, un censo agropecuario realizado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y el desafío de volver a realizar un nuevo censo económico”, comentó Ojeda.
Además, la Encuesta Permanente de Hogares, que se realiza todos los días y permite conocer las condiciones de vida de la población paraguaya. “Gracias a esa encuesta podemos medir pobreza monetaria, pobreza multidimensional, condiciones de salud, educación y vivienda. Nos permite monitorear las políticas públicas y ver cuáles están teniendo efectos positivos y cuáles necesitan mejorar”, afirma.
Ojeda destaca que además de los censos y encuestas tradicionales, hoy existen fuentes no convencionales como el Big Data, el Machine Learning o el uso de imágenes satelitales de observación de la Tierra. “Estamos en una etapa en la que se ha democratizado el acceso a la información. La NASA misma pone a disposición imágenes gratuitas que complementan las estadísticas tradicionales”, explica.
Uno de los grandes desafíos actuales del INE es aprovechar al máximo los registros administrativos con fines estadísticos, es decir, la información que ya generan las instituciones públicas en su funcionamiento cotidiano. “El reto es utilizar esos datos para producir estadísticas oficiales. Para eso tenemos que avanzar en procesos de normalización y estandarización”, indica.
En ese contexto, Paraguay desarrolla un ambicioso proyecto con la cooperación coreana, a través de la Oficina Nacional de Estadística de Corea. “Estamos en el primer año de un proyecto. Ya enviamos equipos a capacitarse en Corea, recibimos a técnicos coreanos y el año que viene se instalará un laboratorio de datos con tecnología de punta, además de fortalecer nuestro data center con servidores de vanguardia”, detalla Ojeda.
Antes de cerrar la entrevista, Ojeda recordó quién está en el centro de todo este trabajo: el ciudadano. “Es el gran protagonista. Es quien nos recibe en su casa y nos brinda su información. Esa información está protegida por el secreto estadístico; bajo ningún concepto se puede divulgar la identidad de quien responde. El principio y el fin de nuestro trabajo es el ciudadano”, afirma.
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