Desde la firma de la paz en 1935, la relación bilateral experimenta una transformación profunda. “Paraguay y Bolivia tienen economías que, lejos de competir directamente, se complementan de manera natural”, afirma Jorge Eguivar, exgerente de la Cámara Binacional de Comercio e Industria Boliviano-Paraguaya y actual gerente general de Capital Softlanding Group.
Paraguay aporta a esta ecuación una matriz energética limpia y abundante, mano de obra calificada, un régimen impositivo atractivo y una plataforma ideal para la industria liviana y la maquila. Bolivia, por su parte, ofrece una rica dotación de recursos naturales —como litio, minerales y productos agroindustriales— y una base laboral capacitada en sectores industriales, tecnológicos y de servicios.
Según Eguivar, esta complementariedad estimuló la creación de cadenas de valor binacionales, donde insumos bolivianos se industrializan en Paraguay o viceversa, generando sinergias que fortalecen a ambos mercados. “Cada vez más empresarios bolivianos están viendo a Paraguay como un destino estratégico para invertir”, destacó. En los últimos cinco años, unas 200 empresas bolivianas se constituyeron o están en proceso de instalación en el país, especialmente en sectores como el agroindustrial, inmobiliario, tecnológico, seguros, transporte y servicios empresariales.
La estabilidad macroeconómica de Paraguay, sus incentivos fiscales y su acceso preferencial al Mercosur son factores clave para esta tendencia. “Muchos bolivianos trasladan parte de sus operaciones o buscan ampliar mercado desde Paraguay hacia el Mercosur”, señaló Eguivar. A su vez, empresas bolivianas comenzaron a incursionar con éxito en rubros como alimentos, bebidas, logística y consultoría especializada.
La integración logística juega un papel crucial en esta alianza estratégica. La Hidrovía Paraguay-Paraná es una vía fundamental para potenciar la competitividad de Bolivia en el comercio internacional. El trabajo conjunto en esta área puede reducir costos de transporte, mejorar la conectividad regional y abrir nuevos canales de exportación para ambos países.
Además, hay un gran potencial en sectores como el agroindustrial, la producción de biocombustibles, el turismo cultural e histórico, la tecnología y las energías renovables. “Trabajar en conjunto abre un abanico de oportunidades”, subrayó Eguivar. “Podemos desarrollar polos tecnológicos, servicios compartidos y manufactura ligera con destino al mercado regional o global”.
La incorporación plena de Bolivia al Mercosur también representa un hito en este proceso de integración. Para el país altiplánico, implica acceso preferencial a mercados clave como Brasil y Argentina, mientras que para Paraguay representa la consolidación del bloque con un aliado estratégico en el corazón de Sudamérica. “Esto mejora la conectividad regional y facilita las inversiones y la movilidad empresarial”, apuntó.
Tu opinión enriquece este artículo: