Este programa, que tendrá una duración inicial de tres años con posibilidad de renovación, representa un compromiso firme de Paraguay para avanzar en su aspiración de adhesión plena a la OCDE. Este organismo reúne a un selecto grupo de 38 países comprometidos con la democracia y la economía de mercado, que representan cerca del 62% del Producto Interno Bruto mundial. La OCDE es reconocida globalmente por promover mejores prácticas en áreas clave como economía, educación, gobernanza y sostenibilidad.
Este hito se enmarca en un proceso que comenzó con la manifestación de interés oficial de Paraguay en noviembre de 2023, seguida por la invitación del Consejo de la OCDE en julio de 2024.
Para Yan Speranza, director ejecutivo de la Fundación Moisés Bertoni, esta alianza representa un punto de inflexión. “Estamos hablando de entrar a jugar en las grandes ligas. La OCDE no firma estos programas con cualquier país; se necesita demostrar cierto nivel de preparación y compromiso.”
El Programa País se estructura sobre cinco grandes pilares: desarrollo económico, con énfasis en la productividad y competitividad; políticas sociales, incluyendo salud, educación y protección social; desarrollo sostenible, orientado al uso responsable de los recursos naturales; integración internacional, que busca una mejor inserción de Paraguay en el mundo; y fortalecimiento institucional, con foco en la transparencia y la calidad del gasto público.
Desde esta plataforma, Paraguay podrá acceder a experiencias, estándares y metodologías de los países más avanzados, lo que implica, según Yan Speranza, una transferencia de buenas prácticas que deben traducirse en políticas públicas más eficientes, equitativas y basadas en evidencia.
Uno de los principales desafíos del Estado paraguayo fue la generación y entrega de bienes públicos de calidad. Aunque se registró un aumento en la recaudación fiscal en los últimos años, esto no se traduce proporcionalmente en una mejora en la calidad de servicios clave como educación, salud o transporte público.
“El Estado estuvo recaudando más, y eso es una buena noticia, pero no estamos viendo avances significativos en la calidad de los servicios. No basta con aumentar el presupuesto, también hay que mejorar los esquemas de gestión, monitoreo y control. Como ejemplo, el sistema educativo: pese a mayores fondos, Paraguay sigue mostrando resultados muy bajos en pruebas como PISA, coordinada precisamente por la OCDE”, indicó Yan.
Por otro lado, desde la visión del economista Jorge Garicoche, el programa marca el inicio de una etapa que puede durar al menos tres años y que culminaría con la adhesión plena de Paraguay a la OCDE. “Este acuerdo nos obliga a alinear nuestras políticas públicas a los estándares de la organización. Eso significa repensar cómo diseñamos, implementamos y evaluamos nuestras políticas”, dijo.
Uno de los grandes aportes será el fortalecimiento del Sistema Estadístico Nacional, herramienta clave para lograr transparencia y rendición de cuentas. “Sin buenos datos, no hay evidencia. Y sin evidencia, no hay política pública efectiva”, dijo Garicoche.
Ambos referentes coinciden en que el mayor reto estará en la implementación efectiva de las recomendaciones y hojas de ruta que surjan del Programa País. “Diseñar un plan es la parte más fácil; lo difícil es aplicarlo con rigor y continuidad”, remarca Speranza. Sin embargo, también valora que este tipo de compromisos internacionales genera una presión positiva: “Habrá ojos externos evaluando nuestros avances, y eso genera incentivos para hacer bien las cosas”.
Garicoche, por su parte, insiste en el valor de contar con una hoja de ruta clara hacia la adhesión plena, una posibilidad que, de concretarse, posicionaría a Paraguay dentro de una élite internacional con acceso preferencial a financiamiento, cooperación técnica y relaciones comerciales basadas en confianza institucional.
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