Desde Paraguay Educa, organización que trabaja desde 2009 con el enfoque de educación y tecnología, celebran la apertura de un nuevo centro de innovación, que busca potenciar el aprendizaje digital en niños y jóvenes. “Este centro no busca formar programadores en serie, sino dar herramientas para que los chicos se desarrollen con fluidez digital. Ya no basta con saber prender una computadora: hoy se necesita colaborar, crear, pensar en soluciones”, explicó a InfoNegocios su gerente operativa, Mary Gómez.
Para Gómez, el desafío no es menor: muchos jóvenes quedan fuera incluso de empleos operativos por no dominar herramientas tecnológicas básicas. “Vi chicos ser rechazados como depositeros por no saber manejar una planilla digital. La tecnología es transversal y necesaria, no importa si vas a ser ingeniero o encargado de stock”, relató. En ese sentido, la misión de dicha organización es clara: preparar a los jóvenes para un mercado laboral cada vez más competitivo, global y digitalizado.
Desde el sector privado, Sebastián Ortiz, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de la Industria del Software (Cisoft), reconoce esa necesidad de fortalecer la formación tecnológica. “El problema no está en la falta de talento, sino en la falta de inversión para aprovecharlo y expandirlo. Tenemos profesionales formados, incluso muchos que trabajan para empresas internacionales desde Paraguay. Lo que falta es volumen”, señaló.
Ortiz destacó que la mayoría de los desarrolladores y líderes técnicos en el país son paraguayos, y que incluso se exportan servicios de software a mercados exigentes como Europa o Estados Unidos. Pero también advirtió que, para escalar, se necesita apostar más fuerte. “Ni el sector público ni el privado invierten lo suficiente en tecnología. Mientras afuera se destina en promedio un 6% del presupuesto a esta área, en Paraguay rara vez se supera el 2%”, explicó.
Ambas voces coinciden también en que el sistema educativo debe modernizarse para responder a estos nuevos tiempos. “La formación que reciben los jóvenes en muchas universidades es buena, pero limitada por presupuestos bajos. Y en los primeros años deben suplir carencias de la educación secundaria”, explicó Ortiz. Gómez, por su parte, reforzó esta idea señalando que no se trata solo de enseñar informática, sino de incorporar la tecnología en todos los niveles del aprendizaje.
En ese contexto, el nuevo centro de innovación de Paraguay Educa apunta a ofrecer un modelo educativo más creativo y adaptado al siglo XXI, con herramientas como impresión 3D, trabajo por proyectos y espacios colaborativos. “No hablamos solo de computadoras, sino de habilidades como la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la colaboración. Hoy todos los trabajos, desde los más simples hasta los más complejos, requieren estar al día con la tecnología”, afirmó Gómez.
Tanto el sector social como el empresarial coinciden en que nuestro país tiene la capacidad, pero que sin inversión y sin políticas que prioricen la formación tecnológica, se corre el riesgo de perder competitividad. “No podemos permitirnos desaprovechar esta masa crítica de jóvenes con potencial. Si no invertimos ahora en educación, no vamos a poder competir más adelante”, advirtieron.
Paraguay tiene en sus manos una ventaja estratégica: una población joven y talentosa. El reto está en transformar ese potencial en profesionales preparados para un mundo que ya no espera.
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