“Esto se entrelaza con el servicio que ofrezco. Me dedico a escuchar y entender las aspiraciones y emociones de mis clientes, transformando sus deseos en joyas únicas que representan elegancia y distinción y evocan recuerdos y significados personales. Cada detalle en mis creaciones está diseñado para ofrecer una experiencia única y profundamente conectada con quienes las llevan”, afirmó.
Uno de los mayores retos al establecer su emprendimiento fue la gestión de las expectativas del cliente, dado que cada joya se crea manualmente y se ajusta a la visión específica de aquel. “Cada creación es una manifestación del deseo del cliente y requiere una atención meticulosa a cada detalle para asegurar que la pieza final cumpla con su visión”, explicó la orfebre.
Además, como cada joya se realiza completamente a mano, es fundamental coordinar cuidadosamente el tiempo de producción para alinear “nuestras capacidades con las expectativas del cliente, asegurando siempre un resultado excepcional”.
Franco comentó que el proceso artesanal de la filigrana es extremadamente laborioso. El primer paso implica preparar el metal para que sea lo más maleable posible, lo que incluye su aleación y tratamiento. A partir de ahí, se procede a trefilar el metal, convirtiéndolo en hilos increíblemente finos, tan delgados como un cabello humano.
Estos hilos son cuidadosamente entrelazados para formar intrincados patrones geométricos o florales, que luego se sueldan a una estructura base, generalmente en forma de pendientes, anillos o collares. “Cada paso requiere una supervisión constante, dado que cualquier error puede causar que los hilos se rompan o que el proceso de soldado afecte la integridad del diseño final” indicó.
El estilo e identidad de sus joyas se caracterizan por una fusión de técnicas ancestrales con un enfoque contemporáneo. Lo más distintivo es que cada pieza cuenta una historia personal, ya que se esfuerza por incorporar elementos que se conecten profundamente con los gustos y emociones del cliente. Esto transforma a sus joyas en objetos de valor.
En cuanto a la demanda dentro del sector, la artesana resaltó que se mantiene relativamente estable, con un crecimiento constante y notable durante las fechas festivas, cuando la demanda puede aumentar considerablemente, lo que refleja el interés continuo y la apreciación por las piezas personalizadas y artesanales.
“La conciencia sobre la importancia de nuestro patrimonio cultural y el sentido de pertenencia a lo propio están en aumento, marcando una diferencia notable. Este avance fue una lucha pacífica, y cada paso hacia adelante beneficia a todos, fortaleciendo nuestra identidad cultural y promoviendo el aprecio por lo nuestro” concluyó.
¿Quién es Celeste Franco?
Es licenciada en marketing, y complementó su formación académica con estudios en orfebrería y filigrana, además de explorar disciplinas como alta costura, actuación, escultura, dibujo y pintura. Su enfoque multidisciplinario le permite integrar una perspectiva artística única en su emprendimiento de joyería, donde se destaca la creación de piezas personalizadas que narran historias a través de la filigrana.
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