Este método lo puede realizar toda la familia, porque es realista y busca que todos puedan tener una relación sana y positiva con la comida. “Atendemos un montón de familias con este método y funciona a la perfección porque damos herramientas que se aplican a todos y en donde todos aprenden; desde el niño de 2 años, la adolescente que comienza a sentir cambios en su cuerpo hasta la mamá de 40”, comenta la Lic. Adriana Vargas.
La experta sugiere que la educación alimentaria está muy ligada a la relación que tengan los padres con la comida y con el cuerpo. “Una mamá dietante enseña a su hija a dietar, una mamá que tiene una relación relajada con la comida sin culpas, sin prohibiciones y sin excesos deja ese legado a sus hijos”, señala.
“Muchas son las historias que cuentan las pacientes a partir del programa Joyful en la que descubren que su historia con las dietas comienzan en la infancia cuando el pediatra alarmado por un aumento de peso mandaba a dietar al niño o en la etapa de adolescencia típica de cambios corporales y de insatisfacción arrancan con las dietas que van dejando huellas en la vida de muchas mujeres”, explica Vargas.
La diferencia de este método
Adriana manifestó que este método no es una dieta. A partir de Joyful, los resultados no serán medidos a través de la balanza, porque el bajar de peso, no es el objetivo, sino el resultado. Con esto se aprende a comer lo que se desea en conexión a las señales de hambre y saciedad.
También se aprende a comer conscientemente: reconectar con las señales internas del cuerpo y escuchar las señales de hambre y saciedad. Y por último, este método enseña a valorar la importancia de realizar actividad física. Disfrutar realmente del ejercicio, sin que el foco esté puesto solo en la búsqueda de bajar de peso.
“Uno de los objetivos es entrenar al paciente a que pueda auto regularse a partir de conocer las propias necesidades del cuerpo, acá en donde el mindful eating juega un rol muy importante. En Joyful les damos herramientas para que el control sea propio y no tengan que depender constantemente del control para sentirse motivados”, indica Adriana.
Alimentación adecuada
Es muy importante entender que todos los alimentos son moralmente neutros y lograr estar más conscientes de cuáles son los que te dan mayor satisfacción realmente. “Cuando se deja de lado la mentalidad dietante y se hace las paces con la comida, las personas a menudo comentan que ni siquiera pueden mirar los alimentos que estaban obligados a comer cuando estaban a dieta. Ensaladas, manzanas, brócoli y pechuga de pollo son las últimas cosas que parecen apetecer y satisfacer”, dice.
“Pero como el trato de paz con la comida está hecho sumado al claro conocimiento de que nunca más vas hacer otra dieta, un fenómeno extraño emerge. En vez de la visión de los dulces, la comida chatarra, las papas fritas, la gente comienza a querer de verdad la ensalada o la manzana que había sido una obligación apenas meses antes”, agrega.
¿Por qué es esto? Es la paradoja de la alimentación intuitiva, de la no dieta y de la alimentación más consciente. Como resultado del pleno permiso, de que se vuelve algo habitual y que uno está más conectado para sentir y disfrutar, la emoción que viene con comer algo que está prohibido o restringido se desvanece.
Cuando se come sin pensar, a veces con culpa y a veces sin un sentido especio, las papilas gustativas nunca se pudieron dar cuenta que capaz lo que se comía, ni siquiera era lo su?cientemente sabroso. “Una vez que los alimentos prohibidos se vuelven habituales en la medida justa te das cuenta que no son nada de otro mundo. La puerta se abre para toda aquella comida que deseamos y fueron dejadas de lado para comer en la medida que tu cuerpo necesita realmente”, cuenta Adriana.
¡Comer debe ser algo simple!
La licenciada Adriana nos enseñó estos tres conceptos relativamente simples, que son una manera de evitar confundirse acerca de qué o cómo comer y se puede aplicar a casi cualquier estilo de alimentación.
Comé porque tenés hambre: si bien esto puede parecer una obviedad, muchas personas están desconectadas con su apetito y comen porque es hora de comer, por aburrimiento o para ayudar a calmar las emociones. También deciden comer algo simplemente porque "es bueno para la salud".
Comé los alimentos que tu cuerpo necesita en la medida justa: comer debe ser placentero y hay una gran variedad de alimentos capaces de proporcionar nutrición y placer. Al comer alimentos que disfrutamos, podemos construir una relación saludable con la comida y nuestro cuerpo, y nunca sentirnos que estamos a dieta.
Comé los alimentos que pre?eras: no necesitás hacer elecciones todo el tiempo basadas en: calorías, el contenido de nutrientes o la última tendencia de alimentos - y no, no necesitás evitar completamente el azúcar o hacer una dieta proteica o Paleo.
Por todo esto, necesitamos aprender a comer. “El primer requisito previo a comer es tener hambre: hambre genuina. El concepto de comer solamente con hambre parece simple y obvio pero, en realidad, es el consejo dietético más difícil de aplicar en la práctica diaria”, finalizó la experta.
Información
Joyful Nutrición
Cerro Corá esquina 33 Orientales
0981 496071
@joyfulnutricion
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