En esta ruta de sabores, conversamos con cuatro marcas que hoy son protagonistas indiscutibles del fenómeno: Che Bagels, Oveja Negra, Aguije y Almarreina. Cada una con su identidad, su técnica y su propia interpretación de un clásico que despierta nostalgia, competencia sana y un fanatismo cada vez más exigente.
Che Bagels: el bageltoné que llegó antes del boom
Junior Rodríguez, fundador y chef ejecutivo de Che Bagels, tiene una historia que sorprende hasta a los que se autoproclaman “early adopters” del vitel toné en Paraguay. “El Bageltone nace en 2019, cuando abrimos. Fue uno de nuestros primeros productos, antes del boom del vitel toné. En nuestro menú inicial ya estaba el bagel con peceto en dos versiones: picante y vitel toné”, recordó.
La receta es totalmente propia. “Todas las recetas son mías. Le dimos un rebranding al sándwich, lo volvimos nuestro”, dijo. Año tras año, el Bageltone compite en el top 5 del país. Su diferencial es claro, un producto súper húmedo, cargado de salsa, a propósito, y pensado para comerse con varias servilletas. “A la gente le gusta con mucha salsa. No negociamos en ingredientes ni en volumen. Todo es fresco, cada carne seleccionada de frigoríficos chaqueños de primer nivel”, explicó.
La consistencia también es un pilar, sus tres locales ofrecen el mismo sabor, y ahora se preparan para abrir un cuarto el 19 de diciembre, una nueva cafetería-bar donde el Bageltone será figura estelar de temporada.
Che Bagels incluso lanza el producto en octubre y hace activaciones especiales en invierno, porque el público lo reclama. “Los clientes están pendientes y nosotros nos preparamos con mucha antelación”, señaló.
Oveja Negra: el sándwich que se volvió viral
Oveja Negra encontró en la sencillez su arma más poderosa, un sándwich de vitel toné que sabe a hogar, a mesa familiar y a tradición. Lo que no imaginaron es que esa esencia tan honesta lo convertiría en viral. “Nuestro sándwich se destaca por su sencillez y sabor casero. Solo lo ofrecemos en Navidad”, explicó Alison Froude, gerente de marca.
Pero detrás de ese sabor casi familiar hay una historia inesperada. “En 2021 lo sacamos y nadie le hizo caso. Al año siguiente lo volvimos a lanzar con algunos ajustes y fue un boom. Se volvió viral y tuvimos que multiplicar la producción de golpe”, recordó.
Ese éxito repentino no les hizo cambiar el rumbo. Al contrario, reforzó la convicción de que el producto debía mantenerse igual, sin artificios ni intentos de competir por extravagancia. “Ya sabemos que tiene muchos fans. Nuestro diferencial es que el sándwich siempre tenga ese sabor nostálgico, clásico, de cena navideña hecha por mamá. Ese es el encanto. Pan suave, esponjoso y siempre fresco. Es el 50% del resultado”, acotó.
La cocina también tiene rituales innegociables, ingredientes de calidad, receta de salsa respetada al pie de la letra y procesos constantes. “Nos encanta innovar, pero también saber cuándo no tocar algo. El Vittel Toné es eso, tradición que no necesita maquillaje”, mencionó.
Almarreina: técnica, tradición y una colección de versiones
Hablar del vitel toné de Almarreina es entrar en terreno gourmet. Fabiola Anciaux, su propietaria, cuida cada detalle con un nivel casi artesanal. “Respetamos la receta italiana tradicional, pero con estándares muy exigentes. Cocinamos carnes tiernas a baja temperatura para lograr cortes suaves, la salsa la hacemos con atún premium, anchoas limpias, alcaparras frescas y una emulsión casera diaria”, detalló.
Su producto estrella nació en casa, literalmente. “Lo hacíamos para nuestra familia. Cuando lo ofrecimos en la cafetería, la respuesta fue tan fuerte que se volvió nuestro sello”. De hecho, fueron los primeros en vender un sándwich de Vitello Tonatto en cafetería, desde 2018.
Salsas del día, carne en el punto exacto, mise en place estricta y cata diaria son parte del ADN de su cocina. Además, ofrecen una gran diversidad en formato: Vitello Tonatto clásico, Croissant Toné, Vitello mediano y caja de mini Vitellitos para compartir. “Cada cliente encuentra su versión ideal. Tradición que se adapta a cada mesa”, resumió Fabiola.
Aguije: la simpleza bien hecha como bandera
Leticia Leiva, accionista de Aguije, define sus sándwiches con una claridad que refleja perfectamente la identidad de la marca. “Usamos buena materia prima y combinamos sabores que no fallan. Cada bocado tiene que ser rico, simple y bien hecho”.
El sándwich de vitel toné que sumaron esta temporada responde a esa misma filosofía, pan suave y húmedo, peceto sabroso y salsa abundante, equilibrada y sin excesos innecesarios. “Nada rebuscado. Solo cosas hechas con intención”, explicó.
Su raíz está en lo cotidiano. “Crecimos comiendo panes y sándwiches en casa. Queríamos llevar esa esencia casera a una versión más cuidada, sin perder la verdad del plato. Partimos de nuestros sabores de raíz, pero les damos un toque actual. La tradición y la creatividad conviven cuando cocinás desde lo auténtico”, comentó.
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