“En casi 107 años de relación con Japón, nos elevan la relación a socio estratégico con una designación que muy pocos países de nuestro tamaño tienen. En América Latina, además de Paraguay, solamente la tienen Perú y Argentina”, señaló el embajador Mario Toyotoshi, embajador paraguayo ante Japón, en conversación con el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez.
Por otro lado, el diplomático señaló que el mercado nipón, subrayó que “Japón tiene 120 millones de habitantes y es todavía la cuarta economía más grande del mundo. Tal vez lo más relevante en términos de oportunidades es que en Japón solo puede producir en su territorio 37% de las calorías que requiere la población. Nosotros producimos en calorías como para 100 millones anuales”.
En conversación con InfoNegocios, Paola Subeldía, agregada comercial de la República del Paraguay en Japón, aseguró que el interés japonés por América Latina está en un proceso de renovación, y Paraguay aparece bien posicionado como plataforma de acceso al Mercosur y a proyectos estratégicos de la región.
“La evolución refleja una relación estable y con espacio de crecimiento si reducimos costos logísticos y si logramos diversificar la oferta paraguaya hacia nuevos productos, así como también aquellos de mayor valor agregado”, explicó Subeldía.
Hoy, los principales productos paraguayos que llegan a Japón son sésamo, soja y metales reciclados. Sin embargo, la diplomática enfatizó que el potencial de diversificación es amplio: alimentos procesados, productos funcionales y naturales, insumos para la agricultura, madera certificada y hasta servicios basados en conocimiento como soluciones digitales. Japón, subraya, valora la trazabilidad, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, atributos en los que Paraguay puede competir con ventaja.
Pero el atractivo no se limita al comercio de bienes. Subeldía adelantó que varios sectores japoneses ya exploran inversiones concretas en Paraguay. La lista incluye agroindustria, con plantas de procesamiento de alimentos; automotriz, en autopartes y cableado eléctrico; energías renovables, con proyectos de “waste to energy” y exploraciones en hidrógeno verde; además de forestal, infraestructura y logística, especialmente en proyectos vinculados al Corredor Bioceánico. Incluso aparecen señales de interés en tecnología satelital y proyectos relacionados con el cambio climático.
El desafío, sin embargo, es abrirse camino en uno de los mercados más exigentes del planeta. “El mercado japonés es uno de los más exigentes del mundo. Los altos estándares de calidad, certificaciones y procesos de homologación requieren preparación, al igual que la construcción de relaciones de confianza a largo plazo”, afirmó la Agregada Comercial. A esto se suma el factor logístico: los tiempos y costos de transporte desde Paraguay requieren optimización, por lo que el Corredor Bioceánico se perfila como un eje clave para los próximos años.
Más allá de la carne o la soja, Paraguay puede encontrar en Japón consumidores receptivos a alimentos orgánicos, saludables y certificados, servicios digitales y proyectos vinculados a la economía verde. La transición japonesa hacia prácticas más sostenibles abre un espacio en el que Paraguay podría convertirse en socio estratégico gracias a su energía limpia y a sus recursos naturales de origen responsable.
La estrategia de la Agregaduría Comercial en Tokyo es tender puentes. Desde presentaciones país en distintas prefecturas, rondas de negocios y misiones empresariales, hasta el acompañamiento de proyectos desde la etapa exploratoria hasta su concreción. “Estamos promoviendo a Paraguay como un hub confiable y competitivo en Sudamérica, destacando nuestras ventajas en energía limpia, estabilidad macroeconómica y el acceso al Mercosur”, puntualizó Subeldía.
El escenario, entonces, muestra que Japón busca diversificar socios y Paraguay tiene con qué ofrecer pero el reto será transformar ese potencial en resultados tangibles, consolidando al país como un actor confiable en uno de los mercados más exigentes y prometedores del mundo.
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