El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) estableció las nuevas reglas mediante el Decreto 3.241, que además de fijar el porcentaje de etanol, prohíbe el uso de nombres de fantasía como “oikoite” o “mbarete” en la comercialización de las naftas. “A partir de marzo, los combustibles deberán cumplir con los estándares reales y las estaciones de servicio no podrán inducir a error a los consumidores con denominaciones que no reflejen la calidad del producto”, explicó Juan Paredes, director de Combustibles del MIC.
Otra modificación importante es la restricción del metil buteno éter (MTBE), un aditivo utilizado para mejorar el octanaje pero que tiene efectos nocivos para la salud. “Este químico, altamente cancerígeno, ahora solo podrá estar presente en un 1% del barril de combustible. Es un avance en términos de seguridad para los consumidores”, afirmó Paredes.
Sin embargo, la aplicación de estas nuevas exigencias no está exenta de desafíos. Según el director del MIC, los empresarios del sector podrían aprovechar los cambios para justificar incrementos en los precios. “Estas especificaciones no deberían impactar en el precio final, pero sabemos que algunos pueden buscar excusas. La adecuación a la normativa implica ajustes, pero no necesariamente sobrecostos que deban trasladarse al consumidor”, advirtió.
Más allá de los posibles inconvenientes en la transición, el Gobierno sostiene que la medida traerá beneficios a la producción local de biocombustibles. “Esta ley impulsará el crecimiento de los sectores cerealero y cañero, generando mayor demanda de etanol y fomentando la inversión en la agroindustria nacional”, destacó Paredes.
Las empresas del rubro tienen un plazo de 60 días para adaptarse a los cambios. En este período, deberán modificar sus estrategias de comercialización y adecuar sus contratos de importación para cumplir con los nuevos parámetros. “Desde marzo, el mercado de combustibles en Paraguay será más transparente y alineado con estándares internacionales”, aseguró el director del MIC.
Con esta normativa, el Gobierno busca no solo incentivar la producción local de biocombustibles, sino también mejorar la calidad de los combustibles en el país y ofrecer mayor claridad a los consumidores. Sin embargo, resta ver si la implementación se traducirá en un beneficio directo para los automovilistas o si, como temen algunos, los emblemas trasladarán los costos al precio final.
Miguel Bazán, de la Cámara Distribuidora Paraguaya de Combustible (Cadipac), opinó sobre las nuevas especificaciones. "En general están bien. Aumenta un poco el costo, pero se mejora mucho el producto", manifestó.
Asimismo, añadió que el 30% de alcohol en las naftas le da mejor performance al producto final. Bazán recordó que otros gremios, como la Cámara de Distribuidores de Automotores (Cadam), habían mencionado que los vehículos no tendrán problemas, debido a que la mayoría ya cuenta con tanques compatibles con la mezcla.
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