Desde finales de 2020 opera oficialmente en el país la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (CISPy), que nuclea a las empresas que utilizan los desechos como materia prima de su producción. Nacida por la necesidad de las industrias recicladoras de tener un gremio que las represente y apoye en las negociaciones con el sector oficial, hoy abogan por la formalización de la actividad de los recuperadores urbanos para beneficiar a toda la cadena de reciclaje.
La CISPy fue fundada por las cuatro industrias dedicadas al reciclado, Brassur, Coresa, Fábrica Paraguaya de Vidrios, y Yaguareté, y en la actualidad aglutina también a otras industrias y profesionales del sector ambientalista y de la sustentabilidad interesados en reciclar.
“Tenemos la misma filosofía, la de la producción sostenible, el consumo responsable y el cuidado del medioambiente. No es que solamente somos industrias que nos dedicamos a reciclar, sino que cuidamos el medioambiente, queremos ganar dinero, como cualquier empresa, pero no perjudicando al medioambiente”, expresó Gladys Talavera, presidenta de CISPy.
En Paraguay se recicla papel, cartón, aluminio y vidrios, principalmente, a los que se les han sumado las baterías. Y si bien la materia prima local es más barata que la que se trae del exterior, ninguna de las industrias que integran la cámara obtiene la cantidad de material recuperado en el país necesario como para cubrir sus necesidades.
Necesidad de importar
“En Yaguareté tenemos la necesidad de importar el 20%, porque con la materia prima que obtenemos del reciclaje solo cubrimos el 80% de nuestra demanda. En Brasil y Argentina recuperan un 50% de los materiales, en Europa entre el 75% y el 80%; nosotros, apenas el 25%. Tenemos que trabajar en la educación, en la formalización, que es lo que hoy estamos haciendo, para revertir estos números”, agregó.
A propósito de la formalización, Talavera mencionó que en el vertedero Cateura existen cuatro asociaciones de gancheros, pero que hay rivalidad y competencia entre ellos, lo que conspira en contra a la hora de formalizarlos.
A través del BID y de la Fundación Moisés Bertoni las industrias que integran la CISPy, más otras como Coca-Cola y Nestlé, están trabajando en proyectos de formalización. Por ejemplo, en el barrio San Francisco ya se conformó la asociación de recicladores y reciben apoyo para la clasificación, les construyeron un tinglado y les garantizan la compra a un precio justo y de mercado del material recolectado y un lugar donde venderlo.
“Apoyamos la formalización de ellos, pero les cuesta, como a todos. Es un desafío, porque ellos recolectan para comer hoy. Queremos ayudarles a cambiar y que se conviertan en microempresarios y mañana tengan acceso a créditos, la mayoría recurren a usureros”, afirmó.
Talavera insistió en que si hay formalización va a haber más condiciones para que los recicladores tengan más incentivos “y a la larga vamos a tener más recuperación, pero la educación debe comenzar en las casas; trabajamos la importancia de la clasificación de materiales ya en origen, en las casas, separar lo orgánico de lo inorgánico y, si se puede, el plástico y la latita y por otro lado los papeles”.
Hay formas de clasificación en origen probadas con éxito en otros países y que la municipalidad de Asunción hace algunos años puso en vigor –aunque sin continuidad-, que es la separación de los residuos en bolsas de colores diferentes según el material.
“Hay otro problema y es que si no pasaron los recicladores, viene el camión de la municipalidad y meten todo en un mismo contenedor, llega al vertedero y está todo contaminado. Debemos llegar a lo que tienen nuestros vecinos, que tienen días para sacar papel, otros para orgánico, la recolección selectiva”, agregó Talavera.
Para la dirigente gremial es cuestión de educación, “de empezar con los chicos porque ellos son los que nos educan, para que la siguiente generación tenga más conciencia sobre la clasificación y en qué ayuda; y aunque haya una reglamentación, no se les exige a las industrias y a las empresas que demuestren si disponen correctamente sus materiales y los reutilizan correctamente, es cuestión de conciencia”, concluyó.
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