“Esta apertura de Taiwán es un gran regalo de fin de año, una gran bendición que llega luego de cuatro años de que se iniciaron los primeros contactos y se enviaron los primeros documentos. Realmente fue un trabajo intenso por parte tanto de sector público como privado, especialmente del Senacsa (Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal) y de los ministerios para que finalmente pueda concretarse nuestro pasaporte sellado a Taiwán”, destacó el titular de la ACCP.
Ahora el paso a seguir es retomar las negociaciones con los importadores taiwaneses, según Schaffrath. “Tenemos mapeados algunos y también contactos previos con los que mantuvimos conversaciones, pero con quienes nunca pudimos tener un avance mayor, porque no teníamos idea de la fecha en la que se obtendría la habilitación, puesto que esto ya tenía que haberse concretado hace meses, pero para no insistir tanto y que no nos rechacen después, decidimos parar. Son cinco los importadores que tenemos en vista”, reveló.
Schaffrath agregó que, si todo marcha bien y se logra llegar a un acuerdo favorable con los compradores, para inicios del próximo año ya estarían saliendo los primeros embarques rumbo a Taiwán. Si bien no supo cuantificar el volumen de carne de cerdo que nuestro país enviará, dijo que será un volumen importante.
¿Cómo impactará a pequeños y medianos productores?
El presidente de la ACCP indicó que cuando hay exportación a destinos interesantes, que inyectan económicamente al sector, normalmente la oferta interna se dinamiza y los precios locales tienden a subir, por lo que los envíos al mercado taiwanés terminarán beneficiando a toda la cadena porcina.
Por el momento, Schaffrath consideró prematuro hablar del ingreso que representaría la exportación para el sector, puesto que aún no manejan el mix de carnes que compraría Taiwán. “Hay cortes con mucho valor agregado y otros un poco más económicos por lo no sabemos todavía a ciencia cierta. Además, existe un arancel que será aplicado sobre nuestra carne y ese es el segundo paso que tenemos que negociar, la idea es exonerar ese 11% que nos quita un poco de competitividad”, explicó.
“No obstante, si llegamos a la cantidad que pretendemos exportar el próximo año, lo que proyectamos es un diferencial de aproximadamente US$ 15 a US$ 20 millones”, concluyó.
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