El viceministro de Industria, Marco Riquelme, explicó que el proyecto busca replicar modelos exitosos en la región como Manaos en Brasil o Tierra del Fuego en Argentina, donde polos de ensamblaje impulsaron la industrialización tecnológica en zonas específicas. “En los últimos 25 años, Paraguay desarrolló capacidades básicas mediante el modelo de maquila, con industrias intensivas en mano de obra como las textiles o autopartes, que no requerían una formación técnica avanzada. Ahora queremos dar el salto hacia una industria más compleja, que permita desarrollar conocimiento especializado en la población”, señaló.
La propuesta legislativa contempla un régimen tributario diferenciado para incentivar el ensamblaje de productos tecnológicos en territorio paraguayo. El plan consiste en permitir la importación de componentes y partes electrónicas con exoneración del arancel aduanero y el pago de solo 1,5 % de IVA en la etapa de ensamblaje. Una vez finalizado el producto, el IVA aplicado a su venta será del 4,5 %, lo que posicionaría a Paraguay como un lugar competitivo para producir electrodomésticos, radios, pantallas, computadoras, televisores y otros dispositivos.
Según Riquelme, este paso es fundamental para responder a la principal preocupación de las industrias tecnológicas cuando analizan instalarse en un país: la disponibilidad de mano de obra calificada. “El ensamblaje permitirá generar capacidades en nuestra población trabajadora. Si en diez años logramos formar a miles de jóvenes en conocimientos técnicos, podremos aspirar a atraer inversiones mucho más sofisticadas”, explicó.
Además del factor educativo, Paraguay cuenta con una ventaja geográfica clave. “Estamos cerca de dos grandes mercados como Brasil y Argentina, lo que reduce costos logísticos y facilita la exportación. Es una oportunidad que debemos aprovechar con una política pública seria y a largo plazo”, subrayó el viceministro.
La ley también busca diversificar la estructura productiva del país, que aún depende fuertemente del sector primario y de industrias de bajo valor agregado. Desde el Ministerio, sostienen que el ensamblaje de tecnología puede ser una palanca para el desarrollo industrial sostenido, con capacidad de generación de empleo formal y especializado.
Riquelme adelantó que el anteproyecto está en etapa final de elaboración y que esperan presentarlo oficialmente al Congreso antes de fin de año. “Este es un proceso evolutivo. Así como otros países pasaron de la maquila a la industria tecnológica, nosotros queremos iniciar esa transición ahora, para que en el futuro no estemos corriendo detrás de las tendencias globales, sino formando parte de ellas”, concluyó.
Con esta iniciativa, Paraguay apuesta a sentar las bases de una nueva etapa industrial, que deje atrás la dependencia de modelos de baja sofisticación y apueste por la innovación, el conocimiento técnico y la integración regional.
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